Éramos pocos y parió la abuela
ORÉLIE ANTOINE I "REY DE LA PATAGONIA"
En algunas COLECCIONES ARGENTINAS, se encuentran unas raras monedas de cobre, con un escudo extraño y la leyenda: «Orelie Antoine I° Roi D'Araucanie et de Patagonie», fechadas en 1874. estas piezas están ligadas a unas de las más inverosímiles aventuras del siglo XIX.
UN PROCURADOR FRANCÉS, de la hidalga familia de los Tounens, embarcó un día de 1856 con destino al sur de Chile, la vasta región de la Araucanía. Allí tomó contacto con los aborígenes y, poco tiempo después, creó por decreto una monarquía «constitucional y hereditaria».
Aurelio Antonio de Tounens SE PROCLAMÓ REY con el nombre de «Orélie Antoine I». Lo curioso del caso es que el reino obtuvo la aceptación de los principales caciques araucanos, que veían en ello la posibilidad de proclamarse independientes. Por otra parte, el francés razonaba bien: era cierto que los chilenos nunca habían podido ocupar esa zona, por lo tanto, los indígenas conservaban intacta su soberanía.
Poco tiempo después, en noviembre de 1860, el rey Orelie «Considerando que los indígenas de la Patagonia tienen los mismos derechos e intereses que los araucanos», decretó a su unión al reino de la Araucanía. SE ANEXABA ASÍ, TODO EL SUR ARGENTINO. las autoridades que tuvieron conocimiento del hecho por notas oficiales enviadas por el flamante rey, no tomaron al principio medida alguna. Pero cuando Tounens, vuelto a Francia, presenta a su reino como una tierra prometida para la colonización, rebautizándolo con el nombre de «NOUVELLE FRANCE», la situación comenzó a intranquilizar.
A mediados de 1861, Tounens estaba nuevamente de regreso, ejerciendo sobre sus súbditos un magnetismo extraño, que fascinaba al cacique Quilapán. Inició entonces una campaña personal, recorriendo las diversas tribus, pronunciando arengas y discursos. En cada lugar se renovaba su proclamación.
Las autoridades chilenas se pusieron entonces en la tarea de detener al intruso, lo que consiguieron por medio de la traición de uno de sus allegados. Detenido, se le entabló juicio. Pero el activo encargado de negocios francés, Vizconde Cazotte, consiguió que el acusado fuera absuelto basado en una presunta insania. En estas condiciones Tounens fue repatriado.
EN FRANCIA CONTINUÓ SU CAMPAÑA consiguiendo algunos adeptos y, en 1869, inició el tercer viaje a sus dominios. Desembarcó en Buenos Aires, pasó Carmen de Patagones y de allí a territorio araucano.Pero esta vez los chilenos fueron más expeditivos; pusieron precio a su cabeza, iniciándose movimientos militares contra el aventurero. Orelie debió huir a la Patagonia, pasó a Salinas Grandes, donde conferenció con Calfucurá y, desde allí, por Bahía Blanca, regresó nuevamente a Europa.
EN 1872 INICIÓ UNA NUEVA CAMPAÑA EN FRANCIA, pretendiendo obtener el apoyo oficial en sus reclamaciones; se emitió un empréstito a su favor y se estaba preparando el fletamento de dos naves, cuando la intervención oficial del gobierno de Chile consiguió para la empresa. Ésta se desprestigió muy pronto, sobre la base de cierta malversación de fondos que habría realizado el titulado rey. No obstante Orelie inició un nuevo viaje. ESTA VEZ SÓLO LLEGÓ A BAHÍA BLANCA, donde fue reconocido y detenido. Delicado de salud y falto de recursos, sus compatriotas de Buenos Aires le pagaron su viaje de regreso. No retornaría más....
A. J. Pérez Amuchástegui: «Crónica Histórica Argentina», tomo IV. Codex. Buenos Aires, 1969. Pág. 285.
Compaginado por Luis Luis Fabián Laici@
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