El Castillo de La Boca
Ubicado en una esquina de tres calles, es imposible pasar por allí y no verlo por su disposición, belleza arquitectónica y su imponente torre, la que le dio origen a la leyenda urbana que lo envuelve.
A principios del siglo pasado, María Luisa Auvert Aurnaud -una poderosa estanciera multimillonaria- le encargó al arquitecto catalán Guillermo Álvarez la construcción del edificio de departamentos en el que primero vivió y luego dejó para ponerlo en alquiler.
En la torre vivía y tenía su taller Clementina, una artista plástica. En una ocasión, un periodista fue a entrevistarla y tomó algunas fotos de sus obras: cuando reveló las fotos encontró figuras de duendes emergiendo de los cuadros y entre los muebles.
Días después, los vecinos escucharon un disparo que provenía de la casa de la pintora pero cuando entraron al lugar no había rastros de ella: nunca más se supo nada de Clementina. Cuentan que todavía hoy en el edificio se escuchan gritos, y cada tanto algún objeto desaparece y aparece en otro lugar…
(Benito Pérez Galdós, Wenceslao Villafañe y Avenida Almirante
Brown, La Boca)