LA LIBRERÍA más antigua del mundo está en Argentina y su dueño es un cordobés de Adelia María. Cuando en Europa a Napoleón aún no lo conocía nadie, en ella, en Buenos Aires, se vendían libros y en buena cantidad. Ahí compraban sus ejemplares Manuel Belgrano, Juan José Paso y Castelli, para enterarse de esa rebelión popular que estaba naciendo en París y que ya muchos llamaban la Revolución Francesa. Allí se abastecían de las últimas novedades, llegadas desde el Alto Perú, en lentas carretas, todos los héroes de la Revolución de Mayo y hasta San Martín. Y, más tarde, Sarmiento, Leopoldo Lugones y Rafael Obligado. Empezó, oficialmente a figurar en Registros del Virreinato en 1785, aunque muchos relatan que ya a comienzos del 1700 funcionaba, siendo una pulpería y botica que vendía, además, libros, con una variedad sorprendente. Su ubicación era buena. En calle Alsina y Bolívar, estaba a una cuadra del Fuerte de Buenos Aires, en donde hoy está la Casa Rosada. Luego llamada Librería Del Colegio, por su cercanía al famoso Colegio Nacional Buenos Aires, fue el primer sponsor del fútbol argentino: el Club Atlético Vélez Sarsfield llevó, durante el año 1913, el nombre de Librería Del Colegio Athletic Club a cambio de una voluminosa retribución económica. Con los años, en su local se fundó la mítica Editorial Sudamericana, mientras la venta de libros proseguía. Cuando ésta se mudó, al comercio lo compró Miguel Ávila, un librero de los de antes, que evitó que la adquiriera la cadena Mac Donalds, evitando que así los Big Macs y las papas fritas reemplazaran a las creaciones del genial Cortázar, a las del más serio Ernesto Sábato o las de ese dandy llamado Adolfo Bioy Casares, a quienes, además, se los podía encontrar allí, en persona, eligiendo un libro o hablando de literatura. Y, por eso, actualmente están, en las estanterías del local, desde las últimos lanzamientos editoriales hasta valiosos libros de Borges, primera edición, que cotizan a alrededor de 5.000 dólares. En Europa, este local es bien conocido: Jorge Carrión, en su famoso libro "Librerías" , de Editorial Anagrama, asegura que La Librería de Ávila es la más antigua del mundo en funcionamiento. Y lo mejor de todo es que la magia de este llamativo comercio de las letras todavía continúa. Si hoy mismo, un cliente distraído entra a él, notará que su barbado dueño se acerca, gentil, a aconsejarlo y a conversar un poco. Sí. Como se hacía antes, en todas las librerías, cuando el tiempo parecía correr más despacio. Y entonces, para el posible comprador va a llegar una sorpresa: la forma de hablar del librero. Amable, con una salida ingeniosa siempre a mano, su tonada única lo delatará. Sí. Es que Miguel Ávila es cordobés. Y de la Córdoba profunda, de Adelia María, esa localidad que está al sudeste de Río Cuarto, esa que se fundó cerca de la estancia del ex Gobernador Olmos y que lleva el nombre de su esposa. Y por eso - y por el amor de librero de ley que Ávila le tiene a los libros - la charla larga, el café y ese retorno a los tiempos en que a eso se le daba su justo valor, estarán, entonces, asegurados. La Librería de Ávila, ese tesoro casi desconocido de café caliente y de olor único a libros leídos y jamás olvidados, está a una cuadra de la Plaza de Mayo. Queda en Buenos Aires, la ciudad con más librerías del mundo. Acercarse a conocer la de este cordobés y conocer su magia, puede ser, para esa cofradía extraña de los lectores seriales, una aventura increíble, en un paraíso bien nuestro de papel, de tapas de cartón e ideas.
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