Es tan actual como constante que existen personajes que no paran no sólo de meter cizaña sino de sembrarla.
Es entonces que nos preguntamos de donde nace esta expresión tan común entre nosotros?
La expresión hace referencia a la ‘cizaña’ un tipo de planta muy parecida al trigo, que crece sin haber sido plantada y que frecuente es confundida con este cereal, con la salvedad de que su grano y la harina que éste produce son tóxicos y están desaconsejados para el consumo humano y animal.
El término cizaña llegó al castellano desde el latín ‘zizanĭa’ y a este desde el griego ‘zizánia’ (ζιζάνια), ambos de idéntico significado y en referencia a la mencionada planta.
Pero el hecho de darle esa connotación negativa al término proviene del siglo IV d.C, en el que algunos evangelizadores (entre ellos Jerónimo de Estridón, quien se encargó de traducir la Biblia del hebreo al latín vulgar) utilizaban la comparación entre el ‘tritĭcum’ (trigo) y la ‘zizanĭa’ (cizaña) para hacer una comparativa entre el bien y el mal, lo bueno y lo malo, la virtud y el pecado…
Así pues, al hecho de entrometerse en un asunto para emponzoñarlo y crear disputas, quedó relacionado con la cizaña, un cereal silvestre considerado como maleza, naciendo de ese modo expresiones como ‘meter cizaña’ o ‘sembrar cizaña’.