Una convención ampliamente difundida entre los escultores establece que si el caballo de una estatua ecuestre levanta dos patas, la persona homenajeada murió en combate; si el caballo alza una de las patas delanteras, la persona murió a causa de las heridas recibidas en combate; y si el animal apoya las cuatro patas, significa que el homenajeado murió por causas naturales. La convención no verifica en algunos monumentos ecuestres de Buenos Aires; Por ejemplo, el corcel del monumento de Manuel Belgrano, en la plaza de Mayo, levanta una pata, aunque Belgrano falleció enfermo pero de muerte natural. Lo mismo ocurre con el animal que monta José de San Martín en su estatua ecuestre en Retiro, que mantiene las dos patas en el aire y que sabemos falleció de anciano.
El caballo del monumento de Justo J. de Urquiza, Figueroa Alcorta y Sarmiento, Palermo, apoya las cuatro patas, aunque Urquiza murió asesinado y así varios