Aquel que estornudara debía ser inmediatamente denunciado mediante la exclamación «¡Salud!», que funcionaba como una oración para bendecir el lugar y evitar el desarrollo de la peste, pero que también estigmatizaba a quien acababa de estornudar como si fuera un campesino portador de la desconocida enfermedad. La costumbre permanece aún entre los hablantes de varios idiomas, entre algunos de los cuales se sigue utilizando algún tipo de bendición, como «Jesús» o «Salud». En los países anglosajones se suele utilizar la expresión «Bless you» (‘[Dios] te bendiga’), con el mismo fin que el «¡Salud!», de los países hispanohablantes.