Hoy conocemos la historia de "El Tambito"
El Tambito, también llamado Kiosco Casares y hasta Café francés, fue uno de los símbolos tangueros de la Buenos Aires del siglo XIX, y único sobreviviente del circuito de tango tradicional que formaba junto con el Velódromo y el Hansen.
Su origen se remonta hacia fines del siglo XIX y principios del XX. De día, este espacio se usaba para vender leche a quienes paseaban por la zona (de ahí, "El Tambito"). De noche, el edificio cobraba vida con la luz de las velas y los compases del tango, y se convertía en punto de encuentro de arrabaleros, malevos y grupos de "niños bien", era el lugar predilecto para bailar tango o para disfrutar de una orquesta. También funcionó un tiempo como prostíbulo.
En "El Tambito" tocaron orquestas y músicos reconocidos. Y como si fuera poco, hasta fue parte de las crónicas policiales de la época, ya que fue escenario de un resonante hecho de sangre.
En una pelea entre malevos e hijos de la alta sociedad porteña fue muerto de una puñalada un joven de "buena" familia: Juan Carlos "Vidalita" Argerich, "argentino, 22 años, soltero", según la crónica policial. El agresor fue José "Cielito" Traverso, uno de los dueños del Café O´Rondeman del Abasto, sitio donde cantaba Carlos Gardel. Fue una típica pelea de gente 'pasada de copas' que derivó en una cuchillada mortal en el vientre de Argerich, en tiempos en que era común llevar el facón en la cintura.
Producto de este incidente, que tuvo lugar en una noche de diciembre de 1901, las autoridades cerraron las puertas de El Tambito, que luego sería reabierto, antes de un cierre definitivo y de empezar a padecer el olvido y el consecuente deterioro.
Por iniciativa del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, el emblemático edificio fue restaurado tanto en su interior como en su exterior, marcando un hito en la conservación del patrimonio porteño.
La restauración, que arrancó en noviembre de 2022 buscó revivir su fachada original y preservar la identidad de este edificio que cuenta con más de 140 años de historia. Fue un trabajo de puesta en valor meticuloso que llevó muchos meses, recuperando y conservando los elementos originales de este edificio (principalmente elementos ornamentales de hierro, acero y madera) que supo ser parte del circuito tanguero de Buenos Aires de fines del siglo XIX.
El Tambito sobrevivió a lo largo de los años como un remanente del circuito tanguero original de Buenos Aires.
Hoy, el lugar luce completamente renovado, y alberga un local gastronómico, Selena Café.
Tiene una capacidad para aproximadamente 50 personas en el interior de la casa y 15 mesas dobles en la galería exterior.
Abre todos los días de la semana de 8 a 20 horas.
Este edificio, con su arquitectura pintoresca y su rica historia, se mantiene como un faro cultural en medio del tiempo y es una muestra de la capacidad de Buenos Aires para abrazar y revitalizar su legado histórico.
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