CARLOS GARDEL (Charles Romuald Gardès)
11 de diciembre de 1890 (Francia) / (muerte - desastre aéreo) 24 de junio de 1935 (Colombia)
Nota sobre las fotos: 1) Carlos Gardel y el Dr. Enrique Finochietto brindando a bordo del vapor trasatlántico «Antonio Delfino»; 29 de noviembre de 1923. 2) El Dr. Ricardo Finochietto y Carlos Gardel en la playa.
1921 - CERTIFICADO DE NACIMIENTO DE CARLOS GARDEL, expedido por el Registro Civil de Tolouse (Francia) el 22 de Agosto de 1921 a solicitud del propio Gardel por intermedio de su tío Jean Marie Gardès.
Gardel, muy amigo de los hermanos Finochietto (Enrique, 1881-1948, y Ricardo, 1888-1962), ilustres cirujanos porteños —muy tangueros— que le admiraban, debía conocer perfectamente la dureza con la que se aplicaba la justicia militar francesa, no pocas veces injusta a fin de “ejemplarizar”, con los desertores de la Gran Guerra: la guerra del 14 (Primera Guerra Mundial, 1914-1918), en cuyo inicio a Gardel le faltaban todavía cinco meses para cumplir 24 años (el 11 de diciembre).
Esto tenía que saberlo por su familia francesa, a la que recurrió para la obtención del presente certificado, ya que tan grave y trágica materia penal era vox populi. Pero es que además, resulta altamente probable que el Dr. Enrique Finochietto, quien en noviembre de 1923 coincidiría fraternalmente con Gardel en el primer viaje de éste a Europa, antes del mismo —en cualquier caso, antes de octubre de 1920—, debió conversar con el cantor sobre el arriesgado y peligroso asunto, por lo que Gardel, persona prevenida e inteligente, también debió actuar en consecuencia con ese peligro y ese riesgo: lo que en efecto hizo sirviéndose del Consulado de Uruguay en Buenos Aires, con el apoyo de dos testigos falsos, el 8 de octubre de 1920, al proceder a solicitar en dicho consulado la carta de ciudadanía uruguaya. 
Nadie, en fin, como don Enrique para saber lo que fue esa horripilante guerra, pues «viajó especialmente desde Argentina el 1º de febrero de 1918 para hacerse cargo de la jefatura de cirugía [del “Hospital Argentino” de París]. Operaba día y noche, a veces sin dormir y bajo el intenso bombardeo enemigo de Paris. Fue la gran alma del hospital y al final de la guerra fue condecorado con la Legión de Honor y permaneció en París por pedido expreso de las autoridades, para seguir con su titánica tarea de sanar o por lo menos mejorar la vida de las sobrevivientes.» (Cfr. Dres. Fernando Barclay, y José Luis Leone: «Hospital Argentino (Paris 1917-1919)», en Revista Argentina de Artroscopía; Vol. 27 Núm. 02; BA, 2020).
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