EL PORDIOSERO Y EL REY
Un día el rey llevó a un pordiosero a palacios porque
Le había servido en un consejo o algo así.
Cada vez el rey dependía más de El Hafid, así se llamaba,
Su sabiduría le era de mucha ayuda. Tanto así que el resto de la
Corte tuvo envidia de él y empezó a malmeter al Rey , diciendole
Que El Hafid sin duda estaba conspirando contra él. Que cada día
Se metía en una habitación y que seguro era donde se reunia con
Sus adeptos.
El rey decidió comprobar las acusaciones. Siguió a Hafid y le vio entrar
A esa habitación . El rey hizo tirar la puerta y comprobó que dicha habitación
No tenía ventana ni otras puertas y que en ella solo se encontraban Hafid
Una túnica raída, un plato de pedir limosnas y una vara de caminante.
Le preguntó si era cierto que cada día iba a esa habitación. Hafid asintió.
- Y por qué ¿?, qué haces aquí?, qué son esas cosas???
Hafid contestó.
- Esas son las cosas con las que llegué a palacio.
Desde que llegué no has dejado de hacerme regalos, me das buena comida
Vestidos, me agasajas, me tratas muy bien, me haces sentir tu confianza..
Me siento muy bien con todo ello, por tal motivo, cada día vengo aquí
Para nunca olvidar de donde salí, de donde venía.