Alguien con intención de ofender le dice a otro:
Usted se parece a un perro que yo tengo. ¡Qué bueno!... Entonces tiene usted un perro muy bonito.
Quien tiene una autoestima alta es difícil de ofender.
Para que tú me puedas ofender, tienes que contar conmigo..
Para que tú me puedas odiar depende de mi, no de ti.
El amor que tú me brindas está en mí, no en ti.
El problema no es que tú me digas que me parezco a un perro.
El problema es que yo me sienta y crea que soy un perro.
De ti depende decirme cosas... Pero de mi depende el creerlas.
Tu no puedes sentir por mi.
Ni creer por mi.
Ni amar por mi.
Yo soy yo.