http://www.retornomaya.com/index.php/cancer/134-tecnologia-natural-contra-el-cancerB17: Tecnología Natural Contra el Cáncer
Lunes 07 de Diciembre de 2009
De nuevo a la super-Vitamina B17: Solo una manera ingeniosa de presentar lo que la naturaleza entrega prolijamente, en especial en la almendra de la semilla del albaricoque o damasco y en menor proporción en semillas de manzana, uva, duraznos, cítricos y en más de 1000 plantas; un verdadero arsenal anticancerígeno que las administraciones de salud no quieren aceptar, no obstante los millares de casos reportados y las investigaciones durante décadas de científicos y terapeutas. En estos dos artículos os pondréis al tanto de toda esta historia y en adelante, ya sabrás qué hacer en caso que disminuyan las provisiones de nitrolosidas en tu organismo.
La vitamina B17, laetril, amigdalina o nitrilosida, es hidrosoluble (se disuelve en agua), se compone de dos unidades de glucosa (azúcar), una unidad de benzaldehido y una de cianuro, estrechamente ligadas. Estas 2 últimas al estar ligadas dentro de la molécula de B-17, las hace totalmente inerte y sin efecto sobre los tejidos vivos. Al estar en presencia de tejidos sanos donde abunda la enzima rodanasa, esta neutraliza al cianuro y lo transforma en subproductos que resultan en nutrientes benéficos para el organismo; a la vez, oxida el benzaldehido y lo convierte en un compuesto no tóxico ‘ácido benzóico’. Sin embargo como cualquier vitamina, en sobre-dosis puede ser peligrosa. Esta vitamina se encuentra naturalmente en las semillas del damasco (albaricoque, chabacano), manzana, uva, sandías, ciertas nueces y, particularmente en las almendras. Se considera aficaz tanto en la prevención como en el tratamiento del cáncer.
Sin embargo, el estudio sistematizado de la amigdalina no comenzó hasta la primera mitad del siglo pasado cuando el famoso químico Dr. Bohn descubrió en 1802 que durante el proceso de destilación del agua proveniente de almendras amargas se obtenía ácido hidrociánico.
La vitamina B17 es un agente quimioterapéutico completamente natural que se encuentra en más de 1.200 plantas, particularmente en las semillas de frutas comunes como el albaricoque, el durazno, las manzanas y las cerezas. Se trata de un diglucósido con una molécula de cianuro que es extremadamente bioaccesible. Esto significa que penetra en la membrana celular alcanzando fácilmente un alto nivel de concentración dentro de la célula.
Esta molécula de cianuro causó cierta controversia aunque, atendiendo a las afirmaciones de quienes la utilizan, es inofensiva.
Las células malignas cancerosas contienen altas concentraciones de la enzima glucosidasa, y es ésta precisamente la única forma en que es posible romper la ‘molécula compuesta = B17’ liberando el cianuro y el benzaldehido, que también puede actuar como veneno, es más, al estar el cianuro y el benzaldehido juntos estos actúan con sinergismo, y provocan una muerte química de estas células malignas con mayor eficacia que el cianuro solo.
Por otro lado las células normales sanas contienen la enzima rodanasa, que es la que neutraliza el cianuro que se pueda dispersar y tener contacto con células sanas, y lo hace convirtiendo el cianuro en el compuesto no toxico llamado en ingles ‘thiocyanate’. Y el oxígeno abundante en las células sanas (no en las de cáncer) oxida el benzaldehido y lo convierte en el compuesto no tóxico ‘ácido benzóico’.
El uso del laetril es legal en 24 estados americanos y en otros 17 países como México, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Bélgica y Filipinas.
En el Memorial Sloane Kettering Cancer Center, en Nueva York, se hicieron los experimentos para comprobar la utilidad de la B17 y, de 5 experimentos, 4 resultaron positivos. El quinto, hecho precisamente buscando que no fuera efectivo, fue el único que se publicó y tomó en cuenta.
El semilla de damasco destruye a las células cancerosas.
Las preguntas y respuestas a continuación provienen del libro “World Without Cancer” (Un Mundo Libre del Cáncer, abreviado “WWC” en este escrito) por G. Edward Griffin; y no constituyen forma alguna de diagnóstico, ni de recomendación o sugerencia de tratamiento alguno. Se mencionan únicamente para información general.
¿Qué cantidades se pueden ingerir?
Para quien tenga cáncer: Es muy importante comer semillas, las que se deben masticar lentamente; y que se deben conservar en la boca el tiempo necesario hasta que se licuen. Lo ideal es comer dos semillas, o pepitas, por hora, durante el transcurso del día. Los mejores resultados se han observado con el consumo de tres a cinco (3 a 5) pepitas cada hora de la actividad normal diurna.
La vitamina B-17 es hidrosoluble (se disuelve en agua) y no es tóxica. Es tan segura como la sal de mesa o el azúcar. Hay quienes sienten algo de náusea cuando comen muchas de una vez, de manera semejante a como sucedería si bebieran grandes cantidades de agua salada. En tal caso se reduce la cantidad de pastillas que se toman cada vez, pero se aumenta la frecuencia.
Quien padezca de cáncer deberá tomar, diariamente, diez (10) pastillas de 500 mg durante el primer mes de tratamiento, o sea una pastilla por hora. Si se sienten náuseas, se pueden partir las pastillas en dos mitades para tomar una mitad cada media hora. Con el tiempo, al irse acostumbrando el cuerpo, se podrá volver a tomar una pastilla por hora. Son más tolerables si hay alguna cantidad, aunque pequeña, de alimento en el estómago antes de ingerir las pastillas.
Esta dosis curativa se tiene que mantener un mínimo de 21 a 30 días. Después se puede reducir la dosis a una a tres (1 a 3) pastillas diarias durante los siguientes tres meses. Lo recomendable es continuar tomando esa dosis por el resto de la vida. Véase, a continuación, la recomendación preventiva.
Dosis Preventiva: Quien no tenga cáncer puede tomar una o dos pastillas de 100 mg por día; lo que equivale a comer de siete a diez (7 a 10) pepitas diarias. El Dr. Krebs afirma que, aunque sean algo amargas, lo mejor es comer la semilla (la pepita) natural, entera. El doctor pregunta, “¿valdría la pena perder la vida por no querer comer unas semillas amargas?”
Nota del redactor: únicamente las semillas contienen las enzimas que logran el resultado curativo en el organismo. Quien no pueda tolerar el sabor de las pepitas tendrá que complementar esa carencia en la B-17 con otras vitaminas y enzimas no tan eficientes. Vale la pena hacer el esfuerzo necesario para surtirle al organismo esas defensas tan vitales.
¿Se pueden tomar la vitamina B-17 y las pepitas conjuntamente?
Por supuesto que sí. En las semillas hay muchos elementos naturales que no se encuentran en las pastillas de vitaminas. Las pepitas tienen, además de la B-17, minerales y componentes que facilitan su asimilación en el organismo. Recuerde que en la ciencia de la nutrición solamente se han identificado aproximadamente mil (1000) vitaminas y minerales, de varios centenares de miles de ellos que existen pero que todavía no se han identificado.
Eso significa que no es prudente limitarse a tomar solamente pastillas. A propósito del tema se llevó a cabo un estudio científico con ratas de laboratorio que se organizaron en dos grupos. El primer grupo recibió, en su alimentación, todas las vitaminas y todos los minerales conocidos. El segundo grupo recibió desechos y basura. Al cabo de un par de semanas el primer grupo se veía flaco y enfermizo, mientras que las ratas del segundo grupo, las comedoras de basura, se veían gordas y saludables, con mucha energía. Estos resultados hacen decir al Dr. Krebs, “lo mejor es consumir alimentos naturales enteros, y complementarlos con vitaminas y minerales elaborados.”
¿Qué otro medicamento conviene tomar juntamente con la B-17?
Para quienes padezcan de cáncer, recomienda el Dr. Manner (uno de los precursores del tratamiento del cáncer mediante la vitamina B-17) que los pacientes añadan enzimas pancreáticas y vitamina C a su alimentación. Ambas se consiguen fácilmente en los comercios que se especializan en productos naturales para la salud.
Las enzimas pancreáticas abundan naturalmente en frutas como el ananá (piña), la papaya (mamón), y otras. Su función primordial es la de quemar el revestimiento de proteína protector de las células cancerosas, de forma que facilita así el acceso de la B-17 al núcleo celular para efectuar su destrucción total.
Pero, a veces no basta con solamente destruir las células cancerosas, y siendo que el organismo tiene que reconstruir los tejidos que hayan sufrido daños y averías, es sumamente importante proporcionarle nutrición adecuada al organismo. Las remolachas contribuyen a fortalecer los riñones, y las harinas de hueso y el polvo de cartílago de res, o de pollo, contribuyen a la reconstrucción de los huesos dañados por el cáncer.
Se han hecho estudios de los hongos Shitake, muy comunes en la cocina japonesa, y se ha descubierto que proveen al organismo una sustancia antivirus, conocida como lentina, que contribuye a estimular el sistema inmunológico y neutraliza a diversos virus.
El jugo de una fruta del archipiélago de Tahití, la noni, detiene el cáncer y la diabetes, y alivia la artritis y desperfectos del sistema nervioso. Otros productos, como el té de Kombucha, las semillas de uva (las semillas mismas, no su extracto) y los hongos Maitake (también japoneses) son eficaces combatientes del cáncer, reducen la hipertensión arterial, controlan la diabetes y contribuyen a la pérdida de peso.
Existen muchas plantas, hierbas y frutas alimenticias que tienen, además, admirables propiedades curativas. Además, se sabe muy bien en la ciencia médica las combinaciones de diversos tipos de terapéutica resultan mucho más eficaces que una sola. Es muy apropiado añadir diversos elementos, como satélites al tema central de las pepitas de damasco.
¿Se puede tomar la vitamina B-17 conjuntamente con quimioterapia o radiación?
Por supuesto que sí. Primero, debería el paciente verificar el verdadero índice de curación que se ha logrado en otros casos del mismo tipo de cáncer. Cuando se hable con el médico al respecto de curaciones, se tiene que aclarar si se está hablando de cura completa, o de una simple extensión, de unos meses, del plazo de vida.
Si se piensa hacer alguna operación en la cual estén involucradas las células cancerosas, es de vital importancia que el paciente se arme con pepitas de damasco y con vitamina B-17 para eliminar las células que queden sueltas por el cuerpo. La vitamina B-17 tiene solamente efectos saludables. Reduce la hipertensión arterial, es uno de los nutrientes más saludables del planeta, fortalece las arterias y el corazón, y por supuesto que persigue y elimina a las células cancerosas.
¿Cuánto tarda en curarse el cáncer?
Las células cancerosas comienzan a morirse de inmediato. En algunos casos, como en el cáncer del hueso, se demora un poco más en absorberse la vitamina en los tejidos más profundos del cuerpo. Los cánceres de la piel se alivian más rápido.
Al fin de la primera semana ya se podrán ver considerables mejorías; y en muchos casos se podrá lograr regresión total de tumores en cuestión de tres semanas, o menos. Un carcinoma puede demorarse unos meses en desaparecer; y ha habido cánceres de la cérvix que han desaparecido en menos de tres semanas. Es posible, bajo circunstancias especiales, organizar entrevistas con personas quienes se han recuperado satisfactoriamente de todos estos tipos de cáncer.
¿Es un tratamiento adecuado para todos?
Es muy adecuado para quien tenga su diagnóstico de cáncer, pero sin haber comenzado el tratamiento de quimioterapia o de radiación. El Dr. Krebs mantiene que logra 98% de curación, y en el Hospital Del Río, en Tijuana, México, aseguran casi el 100% de curación de los casos virgen.
Los casos virgen son aquellos que no han recibido ni quimioterapia ni radiación. En los casos donde el paciente ya ha recibido tratamiento de quimioterapia o de radiación, el éxito de la B-17 dependerá de cuánto se ha difundido el cáncer antes del tratamiento, y de cuánto daño le han causado la quimioterapia y/o la radiación. Sea como fuere, es de vital importancia comenzar, sin demora, a suministrarle al organismo su dosis diaria de B-17.
Y ¿por qué no recetan, los médicos, la vitamina B-17?
A los médicos se les enseña, desde sus primeros estudios, que el Laetril no es efectivo; y las reglamentaciones en vigencia no les permiten recetarlo. Además, las únicas referencias que se les proporciona son dos estudios falsos que no lo recomiendan.
Nada se les menciona de los múltiples resultados positivos que abundan en los informes de referencia. Si un médico, en los EE. UU.. receta el Laetril, o vitamina B-17, para tratamiento de cáncer se arriesga a que le impongan sanciones disciplinarias y se le revoque su licencia de práctica médica, y aún ser encarcelado.
Desdichadamente, después de los largos años de estudio necesarios para llegar a ser médicos, la mayoría de ellos se limitan a recetar los medicamentos permitidos legalmente, aunque no vean alivio del malestar. Quien se interese en investigar y descubrir la verdad de la situación, puede informarse sin problema alguno. El libro del Sr. Griffin, “World Without Cancer” es un buen comienzo, pues en este libro se relata la historia de la vitamina B-17 y es una buena guía en el estudio de la curación del cáncer.
¿Qué predisposición ha adoptado la comisión reguladora de alimentos y medicamentos del estado de California al respecto de la B-17 y/o el Laetril?
En 1971 el Sr. Grant Leake, jefe de la sección fraudes de la comisión de control de alimentos y drogas del estado de California, EE. UU. afirmó: “Los vamos a proteger, aunque no lo quieran.” (Ref. WWC, p 18)
¿Hubo, alguna vez, acusaciones o cargos en contra de médicos por el uso de la B-17 y/o el Laetril con sus pacientes?
Sí, afirmativamente. A principios del año 1974, la Comisión Médica del estado de California presentó acusación formal en contra del Dr. Stewart M. Jones por haber usado Laetril en el tratamiento de pacientes de cáncer. Sin embargo, se supo más tarde, que uno de los miembros de esa comisión acusadora, el Dr. Julius Levine, usaba Laetril para su propio cáncer. Cuando esto salió a luz durante los trámites legales, el Dr. Levine renunció a su cargo antes de verse en apoyo al acusado Dr. Jones.
¿Por qué motivo prohíbe la FDA el uso de B-17 y/o Laetril?
En EE. UU. se invierten miles de millones de dólares por año en investigaciones del cáncer, y se obtienen miles de millones de ganancias por la venta de medicamentos relacionados con el cáncer. Los políticos que logran votos ofreciendo respaldar programas oficiales del cáncer. Este sistema no puede permitir que se elimine el cáncer. En estos tiempos hay mucha más gente viviendo a costillas del cáncer que muriendo de cáncer. (Ref. WWC, p 19)
Nota: La FDA, Food And Drug Administration, es la oficina federal de los EE. UU. que regula los medicamentos y alimentos de consumo público.
¿A pesar de esta situación, ha habido quienes tomaran Laetril?
Sí, afirmativamente. Miles de perdonas han estado usado el Laetril, y centenares de médicos la recetan, y aún lo toman ellos mismos. Se usa en varios hospitales, con la aprobación de la FDA, o sin ella. Con la aprobación del INC (Instituto Nacional del Cáncer) o sin ella. Ref. WWC, p 45
¿Cómo fue que Dr. Ernst T. Krebs, Jr. descubrió que la vitamina B-17 y/o el Laetril controlan y combaten al cáncer? ¿Por qué se llama B-17?
Ya para el año 1952 había elaborado el Dr. Ernst T. Krebs, Jr., bioquímico de la ciudad de San Francisco, California, la teoría de que, al igual que el escorbuto y la pelagra, el cáncer no se debía a bacterias misteriosas, o virus, o sustancias tóxicas; si no que se trataba de una enfermedad causada por deficiencias agravadas por la falta de un compuesto en la dieta contemporánea.
El Dr. Krebs logró identificar a este compuesto como parte de la familia de los nitrilosidas que se encuentra en abundancia en más de 1200 plantas en todas partes del mundo. Abunda, especialmente, en la semilla de las frutas de la familia Prunus rosacea, (almendro, damasco, cerezo, endrinas, nectarina, durazno y ciruela). También la hay en diversos pastos, en el maíz, en el sorgo, en el mijo, en el cazabe, en la semilla de lino, en las semillas de manzana y en muchos otros alimentos que han ido siendo descartados del menú del hombre moderno.
Es difícil determinar una categoría específica para un nitrilosida, puesto que no se los encuentra aislados, sino más bien en diversos alimentos. No se lo puede catalogar como un alimento por separado, ni tampoco es una droga, pues se trata de un compuesto natural. No es tóxico, es benéfico; es soluble en agua y normalmente compatible con el metabolismo humano. La verdadera clasificación de un compuesto con estas propiedades es la de vitamina. Siendo que esta vitamina se encuentra con las del grupo B, y fue la decimoséptima en aislarse. Por lo tanto el Dr. Krebs la identificó como la vitamina B-17. (Ref. WWC, p 52)
¿Qué sucede con los animales en los zoológicos que no tienen acceso a su alimentación normal, silvestre y natural?
En el famoso jardín zoológico de San Diego, California, donde los animales se ven casi totalmente privados de nitrilosidas naturales, cinco osos han muerto de cáncer en un lapso de seis (6) años. (WWC. p 54)
¿Acaso no les agregan vitaminas a los alimentos que conseguimos hoy en día? Se ve en las etiquetas de algunos alimentos que están “enriquecidos”, ¿no significa eso que contienen todas las vitaminas necesarias para la buena salud?
No. No son lo mismo que los originales. En el ejemplar de junio, 1971, del “Journal of the American Geriatric Society” se publicó el informe de que “las vitaminas que se pierden de los alimentos y que luego se añaden como enriquecimiento no son un sustituto sano. Eso se confirmó en el estudio del Dr. Roger J. Williams, quien informa que las ratas alimentadas con pan enriquecido morían a temprana edad, o su desarrollo sufría incapacitación debido a la falta de nutrición….” Además, se ha demostrado que con la falta de vitaminas B y C se aceleran los achaques de debilidad senil. (Ref. WWC, p 58)
¿Acaso no hay todas las vitaminas necesarias, incluyendo la B-17, en los alimentos que comemos a diario?
NO. Desdichadamente en los EE. UU. (que es de donde se tienen las estadísticas pertinentes) durante los últimos 70 años se han ido dejando a un lado los alimentos que contienen vitamina B-17 natural; o los han reemplazado con alimentos absolutamente carentes de ese factor.
Es muy notable que durante ese tiempo haya ido en aumento el índice del cáncer en ese país, hasta que en la época de los ’70 una persona de cada cuatro estaba destinada contraer esa enfermedad. (En la época del 2002, se calcula que ese índice se aproxima a 1 de cada 3.) (Ref. WWC, pp 59-60)
¿Qué se sabe de los hunzanos, o huncakutes?
Muy remoto y oculto en los Himalayas, rodeado por Pakistán, la India y la China está el pequeño reino de Hunza, cuyos moradores son famosos, en todo el mundo, por las edades avanzadas que suelen lograr mientras disfrutan de excelente salud. No es raro que vivan más allá de los cien (100) años, y muchos llegan a los 120. Médicos que han viajado por esos lugares informan que en Hunza no existe el cáncer.
Y es interesante observar que en la alimentación de ese pueblo se consumen aproximadamente doscientas veces más nitrilosidas que en la comida común de los EE. UU.. En realidad, en ese país donde no se conoce el dinero, la riqueza de una persona se mide en árboles de damasco.
El Príncipe Regente lo confirma, y añade la información de que no es raro culminar un almuerzo con 30 a 50 pepitas de damasco como postre. Un postre que proporciona más de 75.000 unidades internacionales de vitamina A, y más de 150 mg de vitamina B-17.
Las mujeres de Hunza son famosas por conservar su piel suave y tersa hasta en su avanzada edad, aparentando ser más de veinte años más jóvenes que sus contemporáneas de otros países. Confiesan que su secreto consiste en el aceite de damasco que se aplican diariamente al cutis. Y es una triste realidad que cuando los hunzanos salen de sus apartadas tierras, y adoptan la alimentación de otras culturas, también caen víctimas de las enfermedades del resto del mundo, inclusive el cáncer. (Ref. WWC, pp 65-67)
¿Qué es el trofoblasto?
Es una capa epiblástica que tapiza las vellosidades del cordón fetal, que se convierte en membranas fetales que desempeñan funciones de la nutrición celular. También conocido como célula cancerosa. (Ref. WWC, p 89)
¿Qué ocurre en nuestros cuerpos cuando (1) no funciona bien, o si (2) la clase de alimentos que ingerimos consumen casi todas las enzimas pancreáticas para su digestión y no dejan suficiente para la sangre, o si (3) debido a intervenciones quirúrgicas o a radiación hay tejidos cicatrizados que rodean al cáncer e impiden el acceso de esas enzimas a las células, o si (4) el crecimiento del cáncer es demasiado rápido como para que las enzimas lo controlen? ¿Qué sucede entonces?
La naturaleza ha provisto un mecanismo de respaldo, una línea de defensa secundaria que tiene muy buenas posibilidades de triunfar, aunque se hubieren perdido las defensas primarias. Se trata de un insólito compuesto que literalmente envenena a las células malignas mientras alimenta y fortalece al resto del organismo. Es la vitamina B-17 que suministran los alimentos naturales ricos en nitrilosida. También conocida como amigdalina, se la ha usado con buenos resultados desde hace más de cien (100) años. En forma purificada y concentrada por el Dr. Krebs se la conoce como Laetril. (Ref. WWC, pp 97-98)
¿Quién propuso, por primera vez, la teoría trofoblástica del cáncer?
El Profesor John Beard sospechaba que existía un factor nutritivo además del factor enzimático. Durante el año 1952, el Dr. Ernst T. Krebs descubrió, trabajando juntamente con su padre, del mismo nombre, el factor “extrínseco” del cáncer. (Ref. WWC, pp 98-99)
¿De qué se compone la vitamina B-17?
La molécula de B-17 se compone de dos unidades de glucosa (azúcar), una unidad de benzaldehido y una de cianuro, estrechamente ligadas. (Ref. WWC, p 102)
Y ¿qué pasa con el cianuro, que es tan venenoso?
Efectivamente, el cianuro puede ser muy tóxico, y aún mortal en cantidades suficientes. Sin embargo, ligado estrechamente dentro de la molécula de B-17 resulta totalmente inerte y sin efecto sobre los tejidos vivos. (Ref. WWC, p 102)
Al respecto de este principio de “ligaduras” ¿hay otras sustancias semejantes?
Sí. El cloro, por ejemplo, es un gas muy venenoso; pero combinado con el sodio forma el cloruro de sodio, que es la sal de mesa común, un compuesto inocuo.
Y entonces, ¿cómo funciona la B-17 para exterminar a las células cancerosas?
Solamente una sustancia hay que pueda soltar las ligaduras de la molécula de B-17, y liberar así al cianuro; y es la enzima beta-glucosamidasa, en contacto con agua. Afortunadamente esta enzima se encuentra concentrada en las células cancerosas, y en muy reducidas proporciones en el resto del organismo.
Cuando la vitamina B-17 llega a las células cancerosas y suelta su cargamento de cianuro, este veneno encuentra un poderoso aliado en el benzaldehido, que por su cuenta es otro veneno. Estas dos sustancias tóxicas, cuando juntas multiplican su potencia por un factor mínimo de cien (100).
Es un fenómeno bioquímico que se llama sinergismo. Además, las células cancerosas contienen aproximadamente cien (100) veces mayor concentración de beta-glucosamidasa que en el resto del cuerpo, lo cual resulta en un tratamiento de quimioterapia natural, muy eficiente y tan bien especializado que las células sanas del organismo no sufren ningún daño. El Laetril ocasiona la liberación de esos dos venenos que afectan únicamente a las células cancerosas. (Ref. WWC, p 103)
¿Puede ser peligrosa una sobre-dosis de B-17?
Sí. A pesar de ser un compuesto sano y seguro, como todas las cosas en exceso, puede ser peligrosa; al igual que el agua o el oxígeno en cantidades anormales. (Ref. WTC, p 118)
¿Se pierde la vitamina B-17 en las semillas de damasco (chabacano) tostadas?
No. El contenido de B-17 no varía, pero se destruyen las enzimas y no se logra la totalidad de los efectos enzimáticos en la boca, el estómago y en la vía intestinal. (Ref. WTC, p 120)
¿Qué cantidad de B-17 contiene un carozo de damasco (chabacano)?
En la fruta que se cosecha normalmente en los EE. UU. hay aproximadamente de 4 a 5 mg. (Ref. WTC, p 122)
¿Hay médicos que recetan Laetril para sus pacientes?
Sí. Para mediados de la década de los 70 ya se habían publicado, en los EE.UU. más de 26 informes de tantos médicos de renombre que habían estudiado y recetado el Laetril con buenos resultados en el tratamiento del cáncer. (Ref. WTC, p 129)
¿Hay médicos fuera de los EE. UU. que apoyan el uso del Laetril para el cáncer?
Sí. El Dr. Hans Nieper, Director de Servicios Médicos del Hospital Silbersee, en Hanover, Alemania, quien figura en la lista de “Quién es Quien en la Ciencia Mundial” y era entonces el Director de la Sociedad Alemana del Tratamiento del Tumor, anunció durante uno de sus viajes a los EE. UU., en 1972, “…después de más de veinte años de trabajo especializado he descubierto que los nitrilosidos, es decir el Laetril, son el mejor tratamiento, o preventivo, del cáncer que se conozcan. En mi opinión es la única posibilidad que tenemos para controlar el cáncer.”(Ref. WTC, p 130)
¿Se recomienda complementar el consumo de la vitamina B-17 con otros alimentos?
Sí. El Dr. John Richardson, de San Francisco, California recomienda: “Se deben consumir todo tipo de verduras comestibles. Preferentemente crudas, o con muy poca cocción. Se debe consumir pescado, lo más fresco posible, y apenas cocido. Cómase pollo sin pellejo, y olvídese de cualquier cosa que no esté incluida en esta lista.
Es importante beber cantidades adecuadas de agua, o jugos naturales, que pueden ser con gas. Tomen: vitamina C, 1500 a 5000 mg diarios; vitamina E, 1200 unidades internacionales; vitaminas múltiples y minerales. Evítese todo lo que sea tóxico, tabaco, alcohol, café, tranquilizantes, sedantes, analgésicos, etc. Se permiten algunos antibióticos.” (Ref. WTC, pp 137-138)
¿Qué es la vitamina B-15, y por qué motivo debemos tomarla?
La vitamina B-15, el ácido pangámico, contribuye a descontaminar el hígado, limpiándolo de toxinas, siendo que es un agente transmetilador. Contribuye, además al incremento del potencial oxigenador de los tejidos. Es como una dosis de “oxígeno al instante”. Ayuda a neutralizar los venenos que elimina el cuerpo. (Ref: WTC, pp 138; 140)
Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos; (Graffiti de los muros del Hospital de Villejuif de París, 1956).
Información complementaria:
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