Hacer alguna actividad que no esté enfocada en una dirección clara y definida, apenas si constituye algo más que una pérdida de tiempo y energía. Pero dándole un rumbo a tus esfuerzos, resultarán en un verdadero logro.
No importa cuán vertiginosamente estés avanzando, si no cuentas con un rumbo consistente no llegarás a ningún lugar que tenga sentido. Pero hasta los más lentos y pequeños de los pasos, dados en una dirección bien definida, pueden llevarte hasta la más ambiciosa y valiosa de las metas.
Una vez que tengas clara tu dirección, tus pensamientos y acciones comenzarán a llevarte hacia allí. Porque tu vida es como una rauda flecha en busca de su blanco.
Reconoce cuál es ese blanco, y hacia allí volará la flecha de tu vida. Personas, lugares, condiciones y hechos trabajarán mancomunadamente para moverte en cualquier dirección que honesta e intencionadamente hayas elegido.
Tu sabiduría y experiencia, tus conocimientos y habilidades, tus pasiones y recursos, si están correctamente enfocados se vuelven, todos ellos, accesibles. Dale a tu vida una dirección y tu vida te dará realizaciones.
Selecciona tu dirección meditada y amorosamente, y luego comprométete con ella. Y en cada instante, cada cosa que hagas te llevará hacia allí.
Gabriel Sandler