Para reflexionar. ..
Como Niños
"y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis
como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo
18:3).
En 1985, el diario Los Angeles Times publicó una historia
muy interesante y humana. El hecho aconteció pocos días
después del terrible terremoto en la Ciudad de México. Un
pequeño niño, japonés-americano, iba de puerta en puerta,
vendiendo tarjetas postales al precio de 25 centavos cada.
Todo lo que él conseguía, ofrecía para ayudar las víctimas
del terremoto. Un hombre compró algunas tarjetas postales
del pequeño niño... y, entonces, preguntó a él cuanto
esperaba conseguir con las ventas. El niño contestó sin
hesitar: "¡un millón de dólares!" El hombre sonrió y le
dijo: "¿Espera conseguir un millón de dólares para ayudar
las víctimas del terremoto ¿solo?" "OH no, señor," contestó
el niño, "¡mi hermano más nuevo está me ayudando!"
El Señor nos enseña muchas cosas a través de niños. Amor,
esperanza, falta de preocupación, obediencia, una confianza
total. No hay ansiedad, sufrimiento por anticipación,
murmuración innecesaria. Sabe que va a tener, cree en la
protección, descansa sin temor.
El niño de nuestra historia no dudaba que iba a conseguir.
No quedó atrancado en su cuarto hasta que tuviese certeza
del dinero a recaudar, no creyó que todo sería mucho
difícil. Él simplemente salió en busca de su objetivo, de su
propósito, de su sueño. Y no era un plan interesado. Él lo
proyectó por amor... quisiera ayudar... y iría a conseguir
"con certeza". Eso es fe, es dedicación, es esfuerzo
personal. ¿Y por qué no hacemos el mismo? ¿Por qué dudamos
de todo antes mismo de empezar a luchar por nuestros sueños?
¿Por qué preferimos pensar en las dificultades en vez de
pensar en Dios qué todo puede?
Es hora de ponernos como niños en las manos de Dios.
Necesitamos confiar en él sea cual sea la circunstancia.
Olvidemos de las luchas y obstáculos y miremos para cima.
Dios todo puede y Él hará. Nosotros conseguiremos. ¡Él
conseguirá por nosotros!
*****
Paulo Barbosa
Un ciego en el Internet
www.ministerioparar efletir.com
¡Sonría, Jesus te ama!