PNEUMA...
(No me preguntes el ¿por qué? de mi locura.
Sólo acepta que el mundo sin los locos, no sería mundo.
Toda locura es siempre un sueño que, al realizarse,
con una mano invisible impulsa el mundo).
Audroc.
Burbuja de luz. Tenue y etérea.
Pequeño sol en una célula dispersa.
Fuego sin llama que me quema y sangra.
¡Sangre!...
Sangre que sin ser sangre; sangra.
¡Capitán de acorazados!
¡Brújula del destino incierto!
Perseguidora de un puerto de eternidades.
Solitario.
Oculto.
Rebelde y desafiante.
Perdida luz de la luz buscando esencia,
para encontrar de la esencia su sustancia.
Destello inmaterial, que se refleja,
en un cuerpo mutante en tiempo incierto.
¡Blancura que se agrisa en su blancura
al auscultar su génesis perdido
en la Sangre bendita de un Cordero!
Antorcha eterna del desgarro humano.
Generadora de lágrimas y risas en el
vacío mundo de lo insano.
Primera luz perdida en su caída que
espera redimirse por la Gracia.
Amorfo.
Espectral.
Desconocido,
pese a ser el ser más próximo,
que guia.
Profundidad,
altura y dimensiones,
que exceden la virtud del intelecto,
obnuvilando la lámpara del cuerpo
que llamamos: cerebro.
¡Tu!...
Que me habitas y guias dueles tanto,
que superas los dolores de mi cuerpo.
¡Tu!...
Que sin tener sangre: Sangras...
¡Tu!...
Que sin tener sentidos: Sientes...
¡Tu!...
Que sin cuerpo me conduces
por el vergel de luz o por desiertos.
¡Tu!...
Que has de ver alguna vez mi cuerpo muerto.
¡Tu!...
Que cuándo deje de ser, en ti, seguiré siendo.
Dime el secreto que hace tanto busco
y en mi ceguera humana no lo encuentro.
¡Dime!...:
¿Por qué cuándo Amor doy vivo el infierno?
Silencio...
Silencio...
Silencio...
Sólo el silencio en mi indagar encuentro.
Y el silencio, al razonar me dice:
El AMOR, por AMARTE, en una CRUZ...
Antes que tu y por ti...
Sufrío ese INFIERNO.