Ayúdame Señor, a creer que detrás de las nubes está elSol; que los desnudos árboles de otoño volverán avestirse de hojas, si tengo la paciencia de esperar.
Ayúdame Señor, a comprender que para alcanzar la cima de la montaña hay que atravesar el largo valle. Que lavela difunde su luz a base de consumirse poco a poco.
Ayúdame Amado Señor, a desprenderme de las pretendidasseguridades que no puedo tener y que me hacen taninseguro; ayúdame a comprender que mis temoresaumentan mi inquietud y mi impaciencia.
Ayúdame Señor, a aceptar mis limitaciones. Confío en tí como un niño que se siente seguro enbrazos de su madre. Ayúdame a caminar por donde nopuedo ver sabiendo que tú estás ahí conmigo.