Proverbios 4 1 Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura. 2 Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. 3 Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre.
Bueno, pero... ¿Qué nos pasa? Qué es lo que nos hace suponer, que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si nosotros, que se supone que somos los que más los amamos, ¿no queremos tomar esa responsabilidad?
Es ridículo ver esas mesas redondas, en las cuales funcionarios públicos, dueños de bares y discotecas, miembros de comités ciudadanos y medios de comunicación se culpan unos a otros por algo que no es más que falta de responsabilidad de NOSOTROS los padres.
Que si en los bares le venden alcohol a menores; que si los agentes de tránsito reciben sobornos, que si no cierran estos lugares a la hora señalada...
¿Pero en dónde están los padres de este menor que tomó más de la cuenta? ¿Quién lo recibe en su casa a esas horas y en ese estado?, ¿Quién le dio el dinero para entrar en el bar, para el alcohol y para el soborno?
¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse responsable y maneja aunque esté tomado? ¡Por favor! Nos volvemos ciegos a los peligros por comodidad, nos hacemos los "buena onda", "es que yo sí le tengo confianza a mi hija".
¡¡Lo que tenemos es miedo!! Flojera, no queremos actuar como padres.
Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos... Ellos ya tienen un montón de amigos, de su edad.
Nuestros hijos necesitan padres valientes y responsables, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan.
¿¿¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de un antro??? o del agente de tránsito, o del dueño de la disco si cumple la ley y cierra a las 3:00 a.m. En lugar de a las 6:00 a.m.?
Yo creo que sí debería haber una ley. Pero para los padres de familia. Yo creo que sí debería de haber un horario, pero el que los padres pongan en su casa independientemente de la hora que cierren los antros.
¿De qué tenemos miedo, papás? ¿Por qué no podemos poner reglas, por qué no podemos exigir que se cumplan? Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, autoridad a quién respetar... no existiríamos los padres. Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: colaborar con Dios en la Creación y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por nuestros hijos, no al dueño del bar, no al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, no al policía, no al maestro... a nadie más!
Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos, lo que nosotros no queremos hacer; ACTUAR COMO PADRES Es muy difícil, claro, oír de ellos "es que todos te tienen miedo, papá, ¡pues no importa!
No estamos en campaña de elecciones para "el papá más popular del año", ya cada quién tiene el padre que le tocó y sería estúpido poner en peligro la seguridad de nuestros hijos por quedar bien con sus amigos.
Es terriblemente injusto, además, que estén en peligro jóvenes que sí tienen reglas en su casa, que saben que al llegar, estarán esperándolos sus padres, desvelados pero contentos de saber que se divirtieron, y orgullosos de comprobar que van madurando y que actúan de acuerdo a lo que se les está tratando de inculcar: Libertad con Responsabilidad.
Es horrible oír de muertes de muchachos así que han tenido la desgracia de toparse con esos otros jóvenes, hijos "Huérfanos" de padres "buena onda".
No estaría mal, ganarnos el respeto de nuestros hijos, tomando las riendas de su vida, haciéndonos responsables de su hora de llegada, de lo que toman, de sus calificaciones, haciéndoles saber lo que esperamos de ellos y creando los medios para ayudarles en su lucha para conseguirlo. Pongamos los pies en la tierra, seamos concientes...
Los jóvenes lo único que necesitan, es que
¡¡¡ACTUEMOS COMO PADRES!!!
Proverbios 10, 1 Los proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padre,
Pero el hijo necio es tristeza de su madre.
El consuelo de los padres depende, en gran medida, de la buena conducta de sus hijos. Los hijos deben comportarse sabiamente y vivir conforme a la buena educación que se les ha dado, para alegrar así el corazón de sus padres. También ellos pueden alegrarse de que, de esta manera, hacen algo para recompensar a sus padres de los cuidados y fatigas que se tomaron con ellos.
Proverbios 13,1 El hijo sabio recibe el consejo del padre;
Mas el burlador no escucha las reprensiones.
Mucho se puede esperar de los hijos que respetan a sus padres y están dispuestos a recibir instrucción (disciplina) de ellos. En cambio, poco se puede esperar de los insolentes que se niegan a escuchar la reprensión, sino que, al contrario, se insolentan y se burlan de quienes con amor les corrigen ¿Cómo se podrán enmendar los que no quieren reconocer sus faltas y defectos?
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión. Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga.
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