Antes de estallar la Primera Guerra Mundial, Adolf Hitler se inscribió en el ejército de Austria, pero su solicitud fue rechazada (él era austriaco de nacimiento). Al iniciar el conflicto, se alista en el ejército de Bavaria prestando sus servicios como mensajero en el frente occidental. Fue herido, y posteriormente ascendido a cabo al firmar Alemania su rendición. Él estaba seguro que los judíos tenían la culpa de la derrota de las potencias centrales.
En 1919, viajó a Munich y consiguió empleo como educador de la política de los soldados. Un año antes (marzo de 1918), se fundaba el Partido Alemán de Trabajo (DAP), el cual se fusionó con otro formando el Partido Nacionalsocialista Alemán. Hitler se inscribió en esta organización y se las arregló para encargarse de la propaganda.
Las virtudes oratorias y de convencimiento de Hitler, en base al rencor alemán contra los aliados luego de la derrota, hizo que el partido rápidamente creciera en número aumentando además su influencia en éste. El Partido Nacionalsocialista creó dos ejércitos paramilitares, la Tropa de Asalto (SA) y la Sección de Seguridad (SS). Hitler, que ya tenía en sus planes llegar al poder, hizo eliminar a cuanto rival creyera iba a ponerse en su camino como líder del partido, entre ellos Antón Drexler, fundador del DAP.
En febrero de 1920, elaboró un programa en la que se formaría una gran Alemania compuesta únicamente por hombres de raza pura (los judíos debían ser marginados y combatidos), y comenzar una ofensiva especialmente en el este para alcanzar el espacio vital para la nueva nación, así como reivindicaciones económicas de los países europeos. Además, el partido se renombraría como Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). En 1926, el programa de Hitler fue considerado la doctrina base del partido.
Mientras tanto, el nuevo partido había reclutado a nombres como Streicher, Goëring, Rohem, Straisser, Hess, Rosenberg, Goebbels, entre otros. En 1923, Hitler ordenó la movilización violenta del NSDAP organizando un golpe de estado, y proclamó un gobierno provisional en Munich del cual él era el presidente. En su marcha a Berlín, la revuelta fue disuelta y Hitler encarcelado, siendo condenado a 5 años de prisión. En su celda escribió el libro Mi Lucha.
La crisis económica mundial de 1930 relanzó al partido nazi. El descontento popular ante la depresión estaba buscando otras vías para llevar a Alemania a un gobierno efectivo. En las elecciones de septiembre de 1930 el NSDAP había conseguido 107 escaños en el Reichstag (Congreso). En 1931, Adolf Hitler se puso en contacto con los personajes más influyentes de la economía alemana. Al año siguiente, se nacionalizó alemán y compitió en las elecciones presidenciales contra Hindemburg, que iba por la reelección. Al no alcanzar ningún candidato la mayoría, ambos fueron a la segunda vuelta del cual Hindemburg ganó con el 53% de los votos. Aún así, Hitler ya era un personaje altamente influyente en el país.
En mayo de 1932, el peligro de la ideología del nazismo para la democracia estaba preocupando a Hindemburg. Uno de sus aliados, Kurt von Schleicher, estaba empecinado en hacerlos asumir unas cuantas responsabilidades y así apaciguar su sed de gobernar. Pero en Prusia, el NSDAP ya era mayoría y gobernaba, apoderándose de la policía de Berlín. En las elecciones parlamentarias de julio de 1932, el NSDAP había conseguido el 38% de los escaños convirtiéndose en el partido más poderoso de Alemania.
Semanas después Hitler sufrió un fuerte golpe político cuando el nuevo congreso fue censurado y llamado a nuevas elecciones. Aunque su partido perdió escaños, su poder seguía firme haciendo la situación insostenible para Hindenburg. Von Schleicher lo convenció para llamar al líder del nazismo a cogobernar antes que éste desate otro golpe de estado. El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler entró en funciones como Canciller del gobierno alemán. Ya era el segundo hombre al mando de Alemania.
Hitler no esperó mucho para desatar el terror. El Reichstag fue disuelto y se convocó a nuevas elecciones parlamentarias en marzo. Todos sus rivales políticos fueron asesinados o amordazados, esta vez con la ayuda de la policía y el ejército que estaban de su lado. En las elecciones, el NSDAP logró el 44% de los escaños. Luego éstos se unieron con el partido de los nacionales alemanes y juntos lograron la mayoría absoluta en el Congreso. En una reunión extraordinaria, éste le otorgaba a Hitler poderes dictatoriales por un período de 5 años.
Mandó eliminar a todo aquel que se oponía al nuevo régimen, entre ellos los judíos, que tuvieron que huir a otros países de Europa o a los Estados Unidos. Se realizó una purga entre las SA y las SS para acabar con aquellos que pudieran representar alguna oposición a Hitler, entre ellos a Schleicher, el mismo que lo promovió para que fuera Canciller.
Al morir Hindenburg el 2 de agosto de 1934, Alemania perdió al último hombre que podía hacer algo contra Hitler, quedándose con todo el poder en Alemania y auto designándose Führer. En sólo 15 años, Adolf Hitler logró apoderarse de uno de los países más desarrollados del mundo; y en sólo 6, casi termina con la Humanidad.