Cambios en los signos zodiacales
José Salguero Duarte Jueves 20-01-2010
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Cambiar si les es necesario, nos cambian hasta la partida de nacimiento, dependiendo dónde, cuándo y cómo vemos la luz por primera vez en este planeta llamado Tierra. Y ya no digo nada en el discurrir del calvario que nos hacen pasar a unos más que a otros en esta jungla. En la que cuando la mano negra del hombre se hace notar casi todo corroe, corrompe y prostituye.
Estimado lector, si en su día hasta la Iglesia Católica Apostólica de Roma del actual Pontífice Benedicto XVI, adaptó el Padre Nuestro a las exigencias de nuestros días. Ahora resulta que no sé si presuntamente es Plutón o el cubano Dinio el que ha provocado un cambio en el sistema zodiacal.
De tal manera, que ha puesto patas arribas, no a una determinada mendas en esos putiferios televisivos españoles a los que asiste, sino a todo cuanto se ha dicho y escrito sobre los leos, libras, capricornios, tauros y demás signos zodiacales.
A mí ese movimiento al que podría denominar sísmico para tantos futurólogos y echadores de cartas no me quita el sueño, pero sí me lo quita los cerca de cinco millones de personas desempleadas y los ocho millones de pobres que hay en España. País de países o Nación de nacionalidades y regiones según la Constitución española. En la que las diferencias sociales, en vez de acortarse en este periodo democrático, se han ensanchado alarmantemente a favor de los que más tienen.
Siendo curioso, que por esas graves circunstancias de pobreza que atraviesa desde hace años tantos núcleos familiares españoles, nadie ha levantado la voz. Pero es llamativo que un grupo de hostelero, a raíz de la puesta en vigor de la ley antitabaco, prohibiéndose desde el Gobierno el fumeteo en espacios cerrados. Se han rebelado incumpliendo esa normativa. Y hasta el nacionalista español futbolero Manolo ‘El del Bombo', ha anunciado que tendrá que cerrar su bar sito en Valencia.
Prohibir por prohibir, es lo más fácil para los gobernantes faltos de ideas. Y creo que en España está siendo necesario un cambio radical político. Porque el malestar que subyace en el pueblo es latente. Hasta el punto, que una joven con conocimientos de causas, hace unos días me comentó: “Sr. Salguero Duarte: si volviera Franco hasta me llevaría bien con él, porque esto no es libertad sino un libertinaje puro y duro". A lo que le respondí: --yo no me llevo bien con los dictadores--.
Oído al parche, del pensar de esa jovenzuela, porque esos comentarios los escucho con bastante frecuencia en mí discurrir diario. Siendo uno de ellos, el que me hizo un familiar de una política de esta izquierda descafeinada: “Debería venir uno como Franco pero con úlceras en el estomago". Contestándole: --tampoco es eso--…
La radicalización en los comentarios y en ciertas actuaciones, están llegando a tal intensidad, que no me extrañaría lo más mínimo que siga caldeándose el ambiente en Murcia entre las formaciones. Porque, en un boletín informativo de una emisora nacional a las 6,30 horas de la mañana del pasado lunes, comentaban la brutal agresión sufrida el Consejero de Cultura.
El filósofo griego Platón decía: “Allí donde el mando es codiciado y disputado, no puede haber buen gobierno, ni reinará la concordia". Y llevaba mucha razón, porque si eso pensaba muchos años antes de que naciera Jesucristo. Este mal endémico viene arrastrando hasta nuestros días. Porque la lucha del poder por el poder está ahí y es fácil palparla en cualquier acontecimiento político de nuestros planetarios gobernantes.
Pienso, firmemente, señoras y señores lectores, que la soberanía popular reside en el pueblo trabajador, honrado y contributivo. Y me parece genial que cuando un mal nacido desde el poder, atente contra la dignidad de las personas. Si no paga por sus fechorías, recayendo sobre él todo el peso de la ley. Que lo quiten de la poltrona por las buenas a través de las urnas. Y a los dictadores, rateros y gángsteres, que los derroquen como le ha ocurrido al tunecino y, que les vayan dando por donde más amargan los pepinos. |