El Evangelio de Hoy VIERNES 08 DE ABRIL DE 2011.
Viernes de la Cuarta semana de Cuaresma.
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
PRIMERA LECTURA.
Sabiduría 2,1a.12-22
Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: "Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él." Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable. Palabra de Dios
Meditación
Los malvados, en el libro de Sabiduría, son aquellos que viven pensando que la vida temporal es lo único de lo que disfrutamos. Al morir la persona, dicen, todo habrá terminado. Por eso hay que disfrutar todo con ardor y pasión. Si no hay premio ni castigo en la otra vida no hay por qué respetar a los demás. Más aún: hay que aprovecharse de ellos, de sus pocas pertenencias. Lo que importa es tenerlo todo a cualquier costo, para poderlo disfrutar antes que se nos vaya la vida. Si alguien habla de la otra vida y echa en cara a los malvados sus violaciones a la ley y les reprende sus faltas contra los principios en que se les educó, ese tal es un vivo reproche que considera monedas falsas e inmundicias a quienes tienen como único pecado disfrutar de lo que han adquirido en cualquier forma y a cualquier costo, no importando el haber afectado los intereses de los demás. Por ello, hay que perseguirlo y acabar con él; sólo así desaparecerá su molesto proceder.
En Cristo esto se ha cumplido. Él ha venido para llamarnos a la conversión. No quiere que lo pasajero nos domine. Tampoco nos quiere cautivos de nuestras pasiones desenfrenadas, pensando que es lo único que nos da felicidad. Quien tenga sólo la visión de lo temporal y de la satisfacción de sus gustos personales no podrá vivir el amor fraterno. Antes al contrario se convertirá en el peor azote para los demás. Sólo querrá apoderarse de sus bienes a cualquier precio.
Sólo en Cristo encontramos el verdadero camino que nos conduce a la verdadera paz, a la auténtica felicidad: el amor en su doble dimensión, a Dios y al prójimo. Quien no lo tenga vivirá en la soledad. Y no importaría tener todos los bienes del mundo y el disfrutar pasajeramente de los placeres de este mundo. Mientras no haya alguien a quien amemos y nos ame en profundidad, nuestra vida no tendrá sentido alguno.
A pesar de que seamos malinterpretados o incomprendidos esforcémonos constantemente en amar y en llamar a todos a dejar sus egoísmos y a vivir en el amor. Sólo así podremos encontrar la auténtica paz y la felicidad verdadera.
Salmo responsorial: 33 <El Señor está cerca de los atribulados.>
.El Señor se enfrenta con los malhechores para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/. El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo librará el Señor. R/. Él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R./
El Evangelio de hoy
Juan 7,1-2.10.25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor
Reflexión
Poco a poco la persona de Jesús se va haciendo más incómoda entre los dirigentes religiosos de Jerusalén. Se nota el ambiente pesado que se cierne sobre él y, por supuesto, la tensión de la gente que está a la expectativa para ver si lo apresan o lo quieren dejar libre. La relativa calma que se respira es interpretada como una posible adhesión a su persona y mensaje. “¿Habrán reconocido realmente las autoridades que éste es el Mesías?”, se preguntan quienes esperan un desenlace de esta tensión. Casi siempre sucede lo mismo entre nosotros. Nos resistimos a ver en las palabras y acciones de personas comunes y corrientes el testimonio de la presencia de Dios entre nosotros; no podemos aceptar que personas quizás menos preparadas que nosotros nos puedan iluminar, nos puedan orientar; somos nosotros quienes por “lógica” les debemos iluminar el camino. Caemos así en la misma actitud de los jefes religiosos de Jerusalén, de dictaminar desde nuestra “sabiduría” lo que viene y lo que no viene de Dios; calificar o descalificar al que habla o no en nombre de Dios. Y resulta que por el medio más insospechado Dios se nos muestra y nos habla.
En la Eucaristía celebramos al Cordero de Dios, inmolado por nosotros, para quitar el pecado del mundo. Al mismo tiempo celebramos su victoria, pues Dios no lo abandonó a la muerte. El que fue perseguido, ahora reina eternamente.
Quienes nos unimos a Él, y entramos en comunión de vida con Él, estamos aceptando el compromiso de continuar esforzándonos para que su Reino se haga presente en todos los corazones. Esto nos puede acarrear serios problemas. Sin embargo no podemos vivir nuestra fe de un modo fácil. El riesgo, incluso de dar nuestra vida, de recibir burlas y de ser perseguido, es aceptado por quienes tenemos a Cristo como Señor de nuestra vida.
Así entendemos que la Eucaristía no es un momento de romanticismo, sino de compromiso con Dios y con su Reino aceptando todas las consecuencias que derivan de creer en Cristo y de ser auténticos testigos de su vida en nosotros.
¿Quién es este Jesús por quien muchos lo han dejado todo y por quien, incluso, han derramado su propia sangre? Abandonado familia y patria no sólo han hablado de Él; han convertido su vida en un estilo de vida semejante al suyo y a la altura de la fe que en Él han depositado. Son personas de las que el mundo no era digno.
Ejemplo para quienes, diciendo creer en Él lo han traicionado amoldando su práctica religiosa con sus injusticias y crímenes.
Dios nos pide ser más congruentes con nuestra fe. No podemos aparentar ser hijos de Dios. Esto no es un juego, un pasatiempo, un cumplimiento de fórmulas legalistas.
Si queremos que la fe en Cristo en verdad le dé un nuevo rostro a la humanidad hemos de ser nosotros, que decimos creer en Él y amarlo, los primeros en no quedarnos en vana palabrería, y saber arrostrar todas las consecuencias que conlleva el haber aceptado a Cristo como centro y guía de nuestra vida.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Señor te pido que nos conceda,la gracias de la fidelidad a El, como sus humildes siervos que manifiesten su fe con obras.
Permítenos actuar siempre con bondad, rectitud y misericordia para que en los momentos difíciles no nos desesperemos ni nos angustiemos sino que nos sometamos a tu santa voluntad que son el amor y la misericordia misma.
“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén,Y Amen
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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