El Evangelio de Hoy VIERNES 29 DE ABRIL DE 2011
Viernes de la Octava de Pascuas solemnidad.
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
Primera lectura
Libro de los Hechos de los Apóstoles 4,1-12
En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan, se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Les echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron: "¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?" Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió: "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos." Palabra de Dios
Meditación
***Ningún otro puede salvar***
Los miembros del gran consejo estaban maravillados, viendo la valentía de Pedro y Juan y enterados de que eran hombres sin instrucción ni cultura. Hacía solamente tres años que Pedro y Juan estaban reparando sus redes a la orilla del lago, puesto que eran pescadores. Efectivamente son gente «sin instrucción». Pero esos tres años los han pasado en la familiaridad de Jesús y, sobre todo, ellos han visto a Cristo resucitado. La fe y el contacto cotidiano con la Palabra de Dios son capaces de transformar a los más humildes en hombres valientes y seguros de sí mismos. ¡Ayuda, Señor, a todos los bautizados a adquirir esa "seguridad"!.
Pedro ha recibido el Espíritu. ¡Pentecostés ha intervenido aquí! Es la fuerza de Dios en el débil Pedro, es la inteligencia de Dios en la escasa instrucción de Pedro.
He aquí una definición de los apóstoles: «los que han estado con Jesús». Debería ser también la definición de todo cristiano: «los que están con Jesús»
Es posible que el relato de la aparición a los Once englobe en un solo episodio una serie de experiencias o de descubrimientos realizados a lo largo de los "cuarenta" días que siguieron a la Resurrección. Marcos traza así los rasgos de la aparición-modelo al grupo apostólico, que también era un grupo-modelo y decisivo. Así, pues, el cuerpo apostólico no es por sí solo portador de la presencia del Resucitado y su fe no es necesariamente más viva y más profunda que la del resto del cuerpo eclesial. Cada miembro de la Iglesia es responsable de su fe y de su existencia bautismal. Pero para que esta integre realmente el misterio pascual del Señor es necesario que esté existencialmente referido a El, y no puede estarlo sino mediante la mediación de la función apostólica, aun en el caso de que esta última sea ejercida por incrédulos. De esta forma, la presidencia del sacerdote en la Eucaristía implica su conciencia de hombre y, sin embargo, recibe todo su valor del hecho de que se realiza in persona Christi, como un signo del Resucitado, querido por El mismo y que sirve de punto de cita para la fe del Cuerpo místico.
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Salmo responsorial: 117 ***La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. *** Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios, él nos ilumina. R.
El Evangelio de hoy
Juan 21,1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar." Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo." Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?" Ellos contestaron: "No." Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis." La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor." Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: "Traed de los peces que acabáis de coger." Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: "Vamos, almorzad." Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
Reflexión
***Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo, el pescado***
Jesús resucitado se aparece un día cualquiera a sus discípulos, quienes no lo identifican a pesar de que él les habla. Cuando les manda echar las redes y atrapan cantidad de peces, sólo Pedro lo reconoce. La aparición de Jesús hace que la fe de sus discípulos renazca, recuperen el tiempo perdido y comiencen a pensar cómo se organizarán de nuevo en función de la antigua gran utopía. El encuentro con el Resucitado no puede quedar guardado como un puro recuerdo; la trascendencia de ese momento lleva a los protagonistas a una apuesta definitiva de sus vidas. El oficio de la pesca cobrará nuevo valor al ser ahora pescadores de hombres, y la misión será mucho más grande que la sola lucha por sobrevivir. En estas celebraciones de pascua pidamos a Dios nos permita encontrar el rostro del Resucitado en la cotidianidad de nuestras vidas, y demos así aires nuevos a nuestra existencia. Es una equivocada creencia que a Jesús sólo se le puede encontrar en los templos, o en los momentos de mucha intimidad dentro de la oración. Jesús, Carpintero, hombre de lucha y de fatiga, se hace presente en nuestros mismos lugares de trabajo. Aunque su presencia escapa a nuestra vista, su acción creadora está siempre lista para atendernos y ayudarnos en nuestras labores diarias, así, a pesar de que nuestros esfuerzos no rindieron el fruto esperado, él hará aquello que para nosotros no fue posible. Sin embargo, debemos estar atentos pues, del mismo modo que dijo a los discípulos nos dice también a nosotros: tiren de nuevo las redes, pero del modo que yo les indico. Cuando somos capaces de hacer nuestro trabajo de la manera que Jesús nos los indica, es decir, con generosidad, honradez, esfuerzo, la pesca es siempre abundante, y no sólo para el pan de nuestras casas, sino para que el mundo crea que Jesús está vivo ahí, donde todos los días convivimos. Sí, hermanos: Jesús ha resucitado para estar con nosotros, para actuar en nuestra historia, para convencer al mundo que el pecado y la muerte han sido vencidos, para acompañarnos hasta la consumación de los siglos. ¡Aleluya, Aleluya!
Creo en ti, Señor, creo que solo tú has sido constituido salvador nuestro y que solo tú eres el camino, la verdad y la vida; y de hecho, a partir de mi encuentro contigo, puedo decir que eres mi salvador, mi camino, mi verdad y mi vida. Dame tu gracia para testificar al mundo esta realidad en mi vida y para que, cuando sea cuestionado sobre mi fe, pueda hablar con la misma valentía, arrojo y convicción con que hablaron los apóstoles después de ser revestidos por tu Espíritu Santo.
.“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.Amen,y Amen .
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Hermes Sarmiento G
De Colombia
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