Lunes Del tiempo ordinario.
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.Con alegría leamos la palabra.
“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen.
Primera lectura
2Corintios 6,1-10
Hermanos: Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.
Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios. Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.
Palabra de Dios.
Meditación
Como cooperadores de Dios os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios...
Debió de ser para Pablo un gran gozo, una muy útil certeza el pensar que cooperaba con Dios. Mi experiencia ni coincide a menudo con la de Pablo, y, sin embargo... Pensando en mis trabajos de HOY, trato de considerarlos como una cooperación, como un «trabajo con» alguien, contigo, Señor. Pablo comprende el carácter de su ministerio apostólico como una «colaboración». En realidad es Dios quien lo ha hecho todo en la persona de Jesucristo, el Apóstol se limita a ayudar a los hombres a reconocer la nueva realidad salvadora y a participar en ella. Se han de comprender dos cosas: el Apóstol no puede nunca pretender ser el actor principal del ministerio que ejerce, porque la entidad de este ministerio suyo toca una realidad profunda que le ha sido dada y que le sobrepasa. Es, exactamente, un «tesoro en vasos de barro» (4,7). El Apóstol, como Cristo, es su revelador, su descubridor, pero mientras Cristo es el realizador, él sólo es el administrador. Además, ha de tener presente también que el tono para llevar a cabo este ministerio no puede ser un tono autoritario y coercitivo que, intimidando las conciencias, acaba por conseguir lo que quiere. El evangelio es presentado con frecuencia por el mismo Jesús como una invitación. La exhortación de Pablo tiene bien en cuenta el misterio de la libertad del hombre. La llamada a la conversión puede dejarse pasar, puede caer en el vacío, pero ciertamente su gratuidad no se puede mezclar con motivaciones nacidas del miedo. Quien se decide a optar por el «ámbito de la rehabilitación con Dios» (5,21) ha de hacerlo con la conciencia de conquistar una más plena libertad. Pablo fundamenta su exhortación en un texto de Isaías que habla de un tiempo de salvación y de gracia para el pueblo de Israel (Is 49,8). Y una vez más, el Apóstol lee con plenitud la Escritura y subraya fuertemente su actualidad, identificando el momento de que habla el profeta con el tiempo presente, con el tiempo de su alocución. De hecho, sin embargo, este "ahora" no queda nunca encerrado dentro de unas concretas coordenadas históricas. Se puede decir que, siempre que hay anuncio del evangelio, la gracia y la salvación vuelven a encontrar su «ahora», su momento de presencia. Recordemos que la comunidad cristiana, desde tradiciones litúrgicas muy antiguas y muy distintas, lee este texto al comienzo del tiempo cuaresmal, tiempo en que toda la Iglesia se esfuerza por renovar su conversión y su fe en el evangelio.
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Salmo 97
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Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.
El Evangelio De Hoy
Mateo 5,38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas."
Palabra del Señor.
Reflexión
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El evangelio de hoy comienza con una ley que en su tiempo tuvo una importancia enorme para poner coto a la violencia sin límite: la ley del Talión, “ojo por ojo y diente por diente” (Éx 21,3). Con esta sentencia se pretendía frenar la violencia respondiendo siempre en la misma medida al agravio, ofensa o daño sufrido, y no con un daño o venganza superior. Jesús quiere poner fin a esa cadena de violencia, y propone algo que puede resultarnos conformista: “no opongan resistencia al que les hace el mal…”. Si el cristiano lleva a la práctica al pie de la letra esta consigna del Señor, puede confundirse con un conformista que deja pasar todo, incluso la maldad y la injusticia. Pero éste no es el sentido de las palabras de Jesús. El cristiano debe estar dispuesto a sorprender al otro hasta hacerlo salir del camino de la violencia y de la venganza, e introducirlo por el camino del amor, que rechaza toda violencia. Esto es lo que quiere decir Jesús, y no que seamos resignados o conformistas frente a la injusticia. Cada uno deberá ingeniárselas para discernir cuál es la actitud que debe seguir para romper la cadena del odio, la violencia y la venganza sin límite, que siempre conduce a la muerte y nunca a la vida.
La ley del talión -ojo por ojo diente por diente- no respira venganza sino justicia. Frente al sistema anárquico de venganza personal indiscriminada, muchas civilizaciones antiguas, y no sólo los hebreos, establecieron el principio moderador del talión: que la medida del castigo corresponda a la medida del perjuicio, sin excederla con sobrecargas: robaste cien, devolverás cien. "Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo, así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate un animal, indemnizará por él; pero el que mate a un hombre, morirá".
Supondría un paso de gigante para el buen orden del mundo el que esta ley gobernara la conducta personal y social. No vale calificarla de bárbara mientras se practican progresiones aritméticas o geométricas en el desfile de las violencias: mordió el mojón de mi finca, le quemo la casa; me insultó y saqué la navaja; me atacó con cañones, bombardearé la ciudad; y si caen sobre mi ciudad bombas convencionales, respondo con atómicas. La ley del talión se usa en una sociedad organizada, pero no es definitiva ni suficiente para el reino de la paz y del amor.
Jesús irrumpe con un espíritu nuevo: el amor al enemigo. No es un nuevo Código Penal, ni la forma nueva con que los jueces habrán de aplicar la ley. Es una irrupción salvadora de Dios en Jesús, que ha de poner de manifiesto la endebles y limitación de las conquistas humanas en el camino de la liberación del hombre y la humanidad.
Oh,Jesús Tu nos ha dicho: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». Estas palabras tuyas no deberían ser sólo una luz para nosotros, sino una verdadera llama que consuma el egoísmo que nos impide crecer en santidad. Mi Señor Jesús Tu nos amaste hasta el final, hasta el extremo del amor, hasta la cruz. Este amor debe proceder del interior, de nuestra unión contigo. Debe ser la sobreabundancia de nuestro amor por Dios. Amar debe ser para nosotros algo tan natural como vivir y respirar, día tras día, hasta la muerte.Señor Jesús, yo confieso que he pecado contra Ti, por favor perdóname por haber andado en mi propio egoísmo y limpiadme. Yo te recibo como mi Señor y Salvador. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios, quién vino a la tierra, murió en la cruz, derramo su Sangre por mis pecados, y se levanto de los muertos. Dame tu fuerza, Señor. Ayúdame a vivir mi vida de forma que te agrade. Gracias por abrir el camino para yo poder orar a Dios el Padre, en tu nombre. Yo me regocijo en tu promesa, de que viviré contigo toda la eternidad en el cielo.Señor bendice nuestra casita y a todos sus integrantes de este bello grupo familiar y de amistad, que en sus corazones brille la paz, también en cada uno de sus familias, que todos gocen de buena salud,al igual que sus familiares. Que no exista los celos y la envidia, porque todo esta hecho con dedicación amor y trabajo. Te lo pedimos Padre Amado en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Alabado seas Señor, Bendito sea tu Santo Nombre Señor.Amén y Amen
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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Con el mayor de mis respetos. Saludos. Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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