El Evangelio de Hoy SABADO 06 DE AGOSTO DE 2011
"Los hombres tienen con frecuencia bastante religión para sentirse enemigos de los que tienen otra; y muy pocas veces tienen la religión necesaria para amarse los unos a los otros".
Sabado 06 de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
Primera lectura
Daniel 7,9-10.13-14
*Su vestido era blanco como nieve*
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios.
Meditación
El ser pueblo de Dios radica en que Dios lo consagró, lo introdujo en su esfera, lo hizo su propiedad. La razón de que Dios lo eligiera fue su amor, el cual no busca otras razones más allá de sí mismo. El pueblo en sí no las ofrecería, pues no tiene ninguna suerte de grandeza que lo haga preferible a cualquier otro pueblo. A pesar de todo, Dios hizo una promesa a sus padres y la cumplió en los hijos, librándolos de servidumbre. Los hijos de los hijos se siguen sabiendo amados y librados. Esa iniciativa gratuita de Dios es la que constituye la grandeza de este pueblo, y no principio alguno natural de grandeza.
Israel tiene conciencia de ser un pueblo distinto de los demás. El Dt ilumina teológicamente esta conciencia: Yahvé ha separado a ese pueblo de los demás y ha hecho de él su propiedad personal. La palabra hebrea "segulá" designa el patrimonio privado de un rey. Israel es el patrimonio personal que Yahvé se ha escogido libremente. Para tan alta distinción, Israel no puede presentar motivos: es el más pequeño de todos los pueblos (7,7). Todo es fruto del amor que Yahvé le profesa. Este modo de presentar la alianza como un proyecto libre y amoroso de Dios proviene del profetismo del reino del Norte y es muy claro en Oseas y en Jeremías: "Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi lealtad" (Jr 31,3). En el Dt esta perspectiva profética se convierte en clave para interpretar la historia. La experiencia de la pequeñez, de la liberación, del amor de Yahvé en el Sinaí, etc., van configurando la conciencia de Israel. La experiencia religiosa se convierte en teología. El amor de Yahvé a su pueblo no es, sin embargo un sentimiento caprichoso o fácil: brota de una voluntad seria de entregarse al pueblo, de salvarlo y desea que Israel le responda con madurez, con un amor que supera las dificultades. El desierto fue precisamente una prueba de fidelidad «Dios te afligió haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná» (8,3). Aprendizaje de fidelidad tanto en la escasez como en la abundancia. Una prueba con una profunda finalidad educativa: «Para enseñarte que el hombre no vive sólo de pan, sino de todo lo que sale de la boca de Yahvé». El desierto fue la escuela en que Israel aprendió a valorar la palabra de Dios como luz para la vida. Comiendo el maná sintió el deseo de un alimento mejor y más necesario: a través de la experiencia del don (el maná, el agua, etc.) llegó a comprender el amor de Yahvé. Dios puso a prueba a Israel para que el pueblo le reconociese como su salvador y maestro: "Te he educado como un padre educa a su hijo" (8,5). Cuando Jesús sea puesto a prueba (en un breve desierto de cuarenta días) vencerá con firmeza la tentación (¡siguiendo el Dt!), mostrando que ha hecho de la palabra de Yahvé su alimento y su vida.
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Salmo:96
*El Señor reina, altísimo sobre la tierra*
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. Porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los dioses.
SEGUNDA LECTURA. 2Pedro 1,16-19 *Esta voz del cielo la oímos nosotros*
Queridos hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: "Éste es mi Hijo amado, mi predilecto." Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones. Palabra de Dios.
Meditación
Pedro y sus compañeros han contemplado la grandeza de Jesús, han oído la voz celestial que le proclamaba Hijo predilecto, por eso se reconocen portadores de una gracia mayor que la de los profetas. En efecto, pueden confirmar por experiencia personal la veracidad de las profecías a las que Jesús da cumplimiento. La palabra del Antiguo Testamento, sin embargo, no ha agotado su tarea de «lámpara que alumbra en la oscuridad» (v. 19): deberá seguir siempre alumbrando los pasos de los creyentes que avanzan en medio de las tinieblas de la historia hasta el día sin ocaso de la venida de Cristo en la gloria (cf. v. 19). En este camino, la visión radiante de Jesús transfigurado, que los apóstoles nos atestiguan, sostiene nuestra fe y enciende, de deseo nuestra esperanza: el «lucero de la mañana» sé alza ya en el corazón de quien vela expectante.
El Evangelio De Hoy
Mateo 17,1-9
«Este es mi Hijo amado»... *Su rostro resplandecía como el sol*
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis." Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Palabra del Señor.
Reflexión
Con su Transfiguración Jesús muestra en síntesis su obra mesiánica, pero también sus perspectivas; los efectos de su mesianismo no son un privilegio para un grupito cerrado, imagen de las tres tiendas; debe ser anunciado a todo el mundo, pero sólo cuando Jesús lo indique. La tentación más frecuente en las tareas de la evangelización es sentirnos satisfechos cuando todo sale bien, cuando una comunidad ha emprendido el camino por donde pensamos que debe andar; por lo general nos estancamos ahí, sin darnos cuenta de la inercia a la que estamos llevando a la comunidad. La de Mateo tiene que hacer claridad sobre esto; no puede vivir de la satisfacción de haber encontrado el sentido de su vida o de sentirse ya en línea con el querer de Jesús y su Evangelio; es decir, no puede quedarse encerrada en “tres chozas”; la misión es grande y universal. La comunidad y el creyente cristiano tienen hoy que volver a hacer este mismo recorrido, desde la claridad sobre Jesús, quién es Jesús, sin omitir que antes de su glorificación definitiva, Jesús tiene que pasar por la cruz; no olvidar que “el Resucitado es el Crucificado”. Y que hay que salir de las comodidades y enfrentarse al mundo que nos espera necesitado de amor, esperanza, solidaridad, justicia y paz.
Este pasaje, del cual se pueden sacar muchas conclusiones teológicas, nos muestra que, si bien es cierto que toda nuestra vida esta fundada en el encuentro profundo y personal con Jesús, producto de nuestra oración, no debemos olvidar que nos espera un mundo en el que hay que establecer el Reino. Los apóstoles, ante la visión gloriosa de Jesús, desearían pasar toda la vida con él. Ya se les había olvidado incluso sus amigos y compañeros a los cuales habían dejado al pie del monte. La vida debe balancearse entre la oración y la actividad. De la oración sacaremos la fuerza y la sabiduría para poder enfrentar al mundo y construirlo; del trabajo en el mundo regresaremos a la oración con los ojos pesados de sueño, pero con el corazón ardiendo en espera del encuentro con el Señor. Cuando estemos gozando de la intimidad de Dios, sea en nuestra oración cotidiana, después de la comunión, en un retiro, etc., tengamos siempre presente este regalo nos lo ha concedido Jesús, como lo hizo con sus apóstoles, para fortalecer nuestra fe y para enviarnos a compartir lo que en la oración hemos vivido y experimentado. Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de Moisés y Elías y nos dejaste entrever la gloria que nos espera, como hijos tuyos, concédenos seguir el Evangelio de Cristo para compartir con Él la herencia de tu Reino. Señor Dios todopoderoso y eterno, te damos gracias porque por Tu gran amor has querido ser partícipe de la vida y de la historia del ser humano, mostrándote bueno, clemente y compasivo con nosotros, ayúdanos a vivir en constante acción de gracias por todas aquellas cosas buenas que a lo largo de nuestra vida nos has dado, para que merezcamos como premio definitivo la vida eterna con la que nos quieres premiar en Tu Hijo Amado Jesucristo, nuestro señor. Señor Jesús, yo confieso que he pecado contra Ti, Por favor perdóname por haber andado en mi propio egoísmo y limpiadme. Yo te recibo como mi Señor y Salvador. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios, quién vino a la tierra, murió en la cruz, derramo su Sangre por mis pecados, y se levanto de los muertos. Dame tu fuerza, Señor. Ayúdame a vivir mi vida de forma que te agrade. Gracias por abrir el camino para yo poder orar a Dios el Padre, en tu nombre. Yo me regocijo en tu promesa, de que viviré contigo toda la eternidad en el cielo.Señor bendice nuestra casita y a todos sus integrantes de este bello grupo familiar y de amistad, que en sus corazones brille la paz, también en cada uno de sus familias, que todos gocen de buena salud, al igual que sus familiares. Que no exista los celos y la envidia, porque todo esta hecho con dedicación amor y trabajo. Te lo pedimos Padre Amado en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Alabado seas Señor, Bendito sea tu Santo Nombre Señor.Amén y Amen
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
* Te agradecería compartieras con tus amistades este mensaje. Con el mayor de mis respetos. Saludos. Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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Hermes Sarmiento G
De Colombia
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