Sí ¡ Yo sé que hay personas que nos descorazonan. Que con sus actitudes nos quebrantan el alma. Que por más oportunidades que les demos siempre terminan decepcionándonos y dejándonos caer al suelo. pero a veces como una bomba de tiempo, todo se acumula y queremos explotar de una vez y por todas. Sé la herida que causa saber que aquella persona en la que confiabas no supo valorar todo lo le ofreciste. ¡Sí! Yo sé que a veces la vida es injusta y que aunque no lo merezcamos recibimos de ella tanto el sol como la lluvia. No puedes permitir que la amargura, el odio o el resentimiento
corroan tu corazón. No puedes dejar que lo malo impere sobre lo bueno. Que lo negativo pese más que lo positivo. No puedes permitirte dejar de seguir luchando,
no puedes cerrar las puertas
Porque entonces te perderás de conocer gente maravillosa que no tiene la culpa de lo que aquellas personas te hicieron.
No merece la pena que alguien que no vale la pena robe tus sueños y tu felicidad. Porque aunque en este momento sientes que es grande la perdida, al final el que ganaste fuiste tú y la que
perdió fue la persona que te lastimó
Si es necesario, llora, grita, expulsa o manifiesta el dolor que ahora ocupa un espacio importante en tu interior, pero no dejes que se albergue la ira, porque eso solo logrará herirte más. Y al estar herido no podrás alcanzar ese progreso por el que tanto has trabajado y luchado. Entonces no podrás ser feliz, no podrás avanzar, o lo que es peor, no podrás comenzar de nuevo de esa manera porque el final será desastroso. Deja a DIOS entrar en tu corazon, él nos ofrece un seguro consuelo. Él poco a poco va disipando nuestras penas. Él nos ayuda a caminar sin importar las piedras que se nos atraviesen en el camino. Él es quien permite que las cosas que quieren empañar nuestras vidas se conviertan en la razón por la que nos convertimos en personas más fuertes y mejores. Estoy consciente de que ahora que tu corazón se siente tan lastimado, piensas que es difícil volver a levantarte y continuar. Pero permite que la esperanza y la fe vuelvan a atravesar tu puerta. Asi te abras levantado