HAY QUE DAR LA CARA
En tiempos cuando los seductores juran amor,
cuando los libres quieren dejar de serlo pero no hallan con quien,
cuando los "presos" quieren salir, pero temen repetir,
cuando todos nos sentimos solos y nos agarramos
de lo primero que nos pase por el frente... vale la pena reflexionar.
Hoy nos parece mejor acabar una relación con un mensajito,
o desaparecer del mapa y dejar al otro pensando cualquier cosa.
Como seres humanos sobradísimos,
nos llamamos "claros" cuando decimos: "Amigo (a),
yo soy muy claro, a mí no me interesa esta relación.
Es verdad, tú me gustas, pero yo ando en otra,
así que decide de una o chao contigo" Que bello! O quizás:
"sí, mañana paso por tu casa, yo te llamo, cuenta con eso".
Y él o ella (pobre), aguarda con suma ilusión al incipiente
amor que no llama ni hoy, ni mañana, ni pasado,
y aparece cuando le sorprendes por ahí, diciéndote:
"Es que, ¿ves? por eso no me gusta comprometerme con nadie,
¡mi vida es muy complicada!". Haciendo sentir a la víctima
que tiene tres días vegetando al lado del teléfono,
más torcido que una torreja, que eso le pasa por pretender amarrar
a ese ser con una existencia taaan difícil... ¿qué tal?
Ante tal desfachatez, creo que es importante marcar algunas pautas éticas:
Si hubo apertura, así sea con tragos, debe exigirse un cierre.
Las llamadas se responden, así sea para decir "no me llames más".
Si me conociste en persona, o sucedió en persona,
es en persona que se termina, reclama o resiente.
Las promesas se cumplen... o se excusan a tiempo, en todo caso.
El sexo es un estado de intimidad que exige cierres,
por ejemplo un "¿cómo te sientes?
Siempre, al otro día, debe haber una llamada, inclusive para decir
"mira, me salió un viaje y me tengo que ir del país por un tiempo".
Cuando se visita a alguien por primera vez, en el plan que sea,
jamás se llega con las manos vacías.
El teléfono, el e-mail, los mensajitos... son útiles,
sí, pero lo importante se dice cara a cara.
No asumamos, preguntemos.
Por último, no olvidar que el dolor, con educación, es menos estruendoso.