Se cuenta que San Pedro, muy preocupado al notar la presencia de algunas almas a las cuales no recordaba haberlas hecho pasar al cielo, se puso a investigar y encontró un lugar por donde entraban.
Fue entonces ante el Señor y le dijo: Señor Jesús, habiendo observado que hay aqui algunas almas, a las que no recuerdo haberles abierto las puertas para que entraran a gozar de la eterna felicidad, hice algunas investigaciones y halle un hueco por donde entran, yo quisiera que lo vieras...
Acepto Jesús acompañarlo y vio que del hoyo descubierto colgaba hacia la tierra colgaba un inmenso rosario, por donde constantemente subian muchas almas. Alarmado le dijo San Pedro: