Hay un puente que une el Paraíso y la Tierra,
y se llama el Puente del Arco Iris.
Cuando un animal que ha sido especialmente amado
por alguien aquí en la Tierra muere,
entonces va a esperar en este lado del Puente del Arco Iris.
Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales,
para que ellos puedan correr y jugar juntos.
Hay mucha comida, agua y sol,
y nuestros amigos se encuentran cómodos y seguros.
Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos,
recuperan su salud y vigor;
aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido
y son fuertes nuevamente,
tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.
Los animales están felices y contentos,
excepto por una pequeña cosa:
cada uno de ellos extraña a alguien muy especial,
alguien a quien tuvo que dejar atrás en la tierra.
Todos corren y juegan juntos,
pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente
y mira a la lejanía.
Sus brillantes ojos se ponen atentos;
su impaciente cuerpo se estremece y vibra.
De repente se aleja corriendo del grupo,
volando sobre la verde hierba, corriendo cada vez más rápido.
Tu amigo te ha visto,
y cuando tú y tu amigo especial finalmente os encontrais,
los dos os abrazais en un maravilloso reencuentro,
para nunca separarse de nuevo.
Una lluvia de besos cae sobre tu rostro;
tus manos acarician nuevamente esa cabeza tan amada,
y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota,
tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.
Entonces los dos cruzais el Puente del Arco Iris juntos...