TENER GANAS...
¿Hay algo que sepas que debes hacer y que, simplemente, no tienes ganas? Si así fuese, puedes optar por dejarlo absolutamente de lado o bien obligarte a hacerlo de todas maneras a pesar de ir en contra de tus sentimientos.
Pero hay una alternativa mucho menos estresante, un camino mucho más efectivo y elegante. El de modificar tus sentimientos al respecto.
Después de todo, son tus sentimientos y están a tu mando. Y una excelente manera de tomar el control de esos sentimientos es ponerlos en palabras. Por ejemplo, tengo ganas de levantarme media hora más temprano mañana para ir a caminar. O, tengo ganas de nadar cincuenta largos esta tarde.
Parece una simplificación excesiva, pero funciona. Basta verbalizarlo para transformar lo que sientes al respecto. Repítelo en silencio para ti mismo con entusiasmo, o dilo en voz alta para ti o mejor aun, díselo a alguien. Luego observa cómo tus sentimientos se alinean de manera sólida y consistente.
Si sientes que no tienes ganas no hay problema, porque esto es algo que puedes transformar muy fácilmente. Empieza diciendo que te gusta, yantes de que pase mucho tiempo, así será.