AUNQUE QUISIERA... (Cuando amala anti-razón nos gobierna)
Cuándo quiero ahuyentar de mi recuerdo la tibieza que encierran tus pupilas, veo en sus alas que transportan muerto mi pobre corazón, sangrante, abierto, pues tu recuerdo se llevó mi vida.
Cuándo triste, desolado y frío voy caminando, por mi noche larga, juro olvidarte, pero loco río, al ver que el juro no partió del alma.
Cuándo pido a la razón que venza cediendo al corazón la dulce calma, claudica la razón, le faltan fuerzas, para apagar el fuego de mi alma.
Cuándo quiero matar de mis pupilas tu romántica imagen, más la veo, y más aún vislumbro tu hermosura cuándo quiero matar a mi cerebro.
Cuándo quiero olvidar tu fresca risa, que abrazaba en su cálido aleteo, tu radial figura más me hechiza, queriendo en mi dolor ser sordo y ciego.
Pero mientras exista aquí, en mi cuerpo, un átomo vital del azul cielo, aún sordo, ciego y falto de cerebro, dentro del corazón: “Te siento y Veo”.
Cuándo pido al corazón que calle, si escalonar la sima es imposible, el me dice: “¡Valor!”, que has de templarte, tan solo al alcanzar lo inaccesible.
Por eso yo no puedo, aunque quisiera, en esfuerzo tenaz, matar mis sueños, porque aún siendo pálidas quimeras he visto renacer las primaveras derritiendo los copos del invierno.
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