Antes de la pareja casarse, nadie tiene que decirle como es que se enamora. Pero después de casarse como que ya no se sabe cómo enamorar. Esto es debido a dos cosas:
1. El hombre siente que ya logro su meta. La mente del hombre piensa en forma de lógica. Y la lógica le dice, ya lo lograste, no tienes que tratar más, porque ya lo tienes.
2. La mujer se siente segura. La mente de la mujer piensa en estabilidad y en continuidad. La mujer dice ya lo tengo seguro.
Pero el amor, el amor necesita de su alimento.
El amor es una relación, no una conquista. El amor no es un objetivo sino una continuidad que necesidad fluir como la sangre fluye en el cuerpo mientras este tiene vida.
Pero el romance no se exige. Tú no puedes venir y decirle a la persona te voy a enamorar de esta manera y tú tienes que hacerlo como yo te diga. Porque el romance es una expresión de como la otra persona existe dentro de uno. El romance no es una conquista. No es una manipulación para ver lo que yo consigo. Ese tipo de romance no alimenta, sino que destruye. El verdadero romance no es tanto lo que se dice o como se hace, es lo que se descubre, lo que se deja ver de lo que ya existe dentro de uno. Es casi como cuando una obra maestra está cubierta y poco a poco se va cayendo la tela que le cubre y así se va admirando la hermosura de la creación.