La clave está en el autoconocimiento
Es muy difícil que una persona sea fiel a sí misma si no sabe quién es, si no tiene claras sus metas en la vida, sus deseos, su vocación.
Si nos preguntamos qué es lo que hace que nuestra vida tenga sentido, la respuesta a esta pregunta está en nuestro propio interior, en el lugar donde se encuentra nuestro yo tranquilo, lejos de problemas la verdadera esencia, nuestro yo más profundo, nuestra vocación, la fuente de nuestra vitalidad y la fuerza que nos empuja en una dirección determinada.
Cuando lo que hacemos con nuestra vida está de acuerdo con nuestro verdadero yo y estamos totalmente comprometidos con lo que hacemos, es entonces cuando nos sentimos más vivos y auténticos que nunca, porque nos estamos permitiendo ser quienes realmente somos.
La felicidad al estilo más hedonista es pasiva, implica estar tranquilos, lejos de los problemas, pero es probable que tengamos que pagar el precio de ver reducida nuestra vitalidad, que ha dejado de ser necesaria y va menguando en nuestro cuerpo y nuestra mente mientras ese estado de sopor que acompaña a la quietud la sustituye.
La verdadera felicidad, en cambio, está mas asociada con el reto y el esfuerzo. Primero es necesario conocerse lo suficiente como para descubrir nuestra verdadera naturaleza y vocación y después es necesario luchar por realizarnos de acuerdo con ella.