Más allá de ser un libro convertido en una película famosa, se suele decir esta frase cuando perdemos algo que no se volverá a recuperar, porque el viento se lo ha llevado y vaya a saber uno a dónde.
¿Qué es lo que el viento se llevó en tu vida?. ¿Quién o qué ha jugado el papel de "viento" en tu vida?. Cuando te refieres a algo que el viento se llevó, ¿te refieres a algo personal?, ¿de tu propiedad o algo ajeno?. ¿Muchas veces has tenido esta sensación de que te han quitado algo, por lo pronto irrecuperable o al menos difícil de volver a obtener?. ¿Qué hiciste para que no te lo quitaran?, ¿para no perderlo?. ¿Luchaste o te dejaste llevar por las circunstancias? .
Los seres humanos vamos adquiriendo cosas materiales, creamos y mantenemos distintos vínculos con personas a lo largo de nuestras vidas, pero suele ocurrir que cuando perdemos algo o a alguien, solemos darnos cuenta después de la pérdida, del verdadero valor y el real significado que tenía para nosotros, ya sea material o sentimentalmente hablando.Y ésto es lo más triste, por así decirlo, la toma de conciencia a posteriori de lo ocurrido. Lo positivo, es que nos hace reflexionar sobre la poca importancia que le dimos a esa persona o a ese determinado objeto, para poder analizarlo y reveerlo en virtud de que no nos vuelva a ocurrir en el futuro.
Tenemos un trabajo con una paga tal vez baja, despotricamos contra los dueños y sufrimos la esclavitud a la cual nos someten día a día, jornada tras jornada. Pero cuando nos despiden revertimos la balanza y recordamos todas aquellas situaciones positivas de la cual gozábamos: un sueldo fijo a fin de mes, seguramente escaso, pero contábamos con algo al menos todos los meses para poder sustentar las necesidades básicas, alguna que otra llegada tarde y ninguna queja por parte de nuestro jefe, las faltas injustificadas y no descontadas, el café gratuito de todos los días, etc. Cuando quedamos cesantes, pensamos que al menos teníamos un trabajo y... ahora me quejo porque ya no lo tengo, pero antes también me quejaba!.
Otro tema es la pérdida de un ser querido ya sea un amigo, relación o pariente, la cual es dolorosa, penosa y hasta puede que nos haga incurrir en una tristeza profunda. Pero también nos causa tristeza cuando nos percatamos que en vida, a aquel ser no lo teníamos en cuenta como realmente se lo merecía por "falta de tiempo", o tal vez pudimos obtener su ayuda pero por una cuestión de orgullo o rencor no demostrábamos la necesidad. Porque no siempre el no darnos cuenta pudo haber afectado en su momento a la otra persona, puede que nos haya afectado mucho más a nosotros mismos, inclusive aún en el presente.
Otórgarles la importancia adecuada tanto a las cuestiones afectivas como materiales, de acuerdo a nuestra escala de valores es muy importante, ya que colabora con el engrandecimiento de nuestra autoestima, nos enfrenta con responsabilidades y nos ayuda a poder asumirlas y aceptarlas con la mayor honestidad posible, sabiendo que en cualquier momento alguna de ellas nos la puede quitar "el viento". Si cuando nos colocan la semilla en las manos, para que la sembremos y luego cosechemos sus frutos, la dejamos a un costado... puede que se seque y pierda su fertilidad, habiendo podido obtener un árbol frondoso y alimentarnos de sus frutos; o tal vez el viento la vuele a otras manos que la sepan aprovechar de mejor manera.
¿Cuántos árboles tienes hoy en tu jardín?. ¿Los frutos los has saboreado y compartido con tu prójimo?, o ¿están pudriéndose en la tierra?. Piensas, una vez que observas al fruto podrido en el suelo, ¿cuán rico y jugoso pudo haber sido?. Lamentarnos de los hechos acontecidos es una pérdida de tiempo, y mas aún, cuando de nuestra parte no hicimos absolutamente nada para modificar y/o remediar la situación.
¡El pasado es inalterable! . Pero sí podemos, de acuerdo a las experiencias pasadas, corregir errores y proceder de una mejor manera (o al menos intentarlo) en el presente, para que "el viento" no se lleve aquello que es importante para nosotros y obtengamos una vida mejor para disfrutarla plenamente, tanto en el presente como en los días por venir.