ALEGRES Y TRISTES A LA VEZ
Cuenta una vieja leyenda que tres hombres estaban una vez
cruzando un desierto a caballo durante la noche.
Cuando se acercaban a un riachuelo seco escucharon una voz
que les ordenó desmontarse, recoger unas piedras, ponérselas
en los bolsillos, y no mirarlas hasta la mañana siguiente.
A los hombres se les prometió que si obedecían, iban a estar
alegres y tristes a la vez. Luego de hacer lo que les indicaron,
los tres montaron en sus caballos y siguieron su camino.
Cuando empezaron a salir los primeros rayos de sol, los hombres
se metieron la mano en los bolsillos para sacar las piedras.
Para su gran sorpresa, se habían transformado en diamantes,
rubíes y otras gemas preciosas. Fue entonces cuando se dieron
cuenta del significado de la promesa de que estarían alegres y
tristes a la vez. Estaban alegres por haber escogido la cantidad
de piedras que recogieron, pero tristes -muy tristes-
por no haber recogido más.
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