Siento agradecimiento por la inspiración que eleva mi corazón y me da valor para vivir cada día con propósito y significado. Esta llega a través de muchos canales cuando estoy receptivo a recibir. El que alguien crea en mis sueños y en mis capacidades me alienta. Soy inspirado por la naturaleza, las artes y el espíritu humano. Actos de servicio y generosidad me edifican.
También busco oportunidades de inspirar a otros, ya que sé lo que significa para mí que otros me apoyen. Ayudo a quienes lo necesiten, ofreciéndole aliento sincero que promueva su confianza. Fomento las cualidades poderosas que tienen como creaciones de Dios. Al orar por otros, visualizo que son guiados según siguen su camino correcto.
Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen.—1 Tesalonicenses 5:11