Mi bien se multiplica al centrar mi atención en la gratitud.
Los sucesos de mi vida diaria compiten por mi atención, y sé que en lo que enfoco mi atención se expande. Para poder disfrutar de mayor paz y gozo, centro mi atención en Dios. Cada día, tomo la decisión de utilizar mi tiempo y mi energía de maneras que apoyan mi vida.
Estoy plenamente presente en cada momento. Hago una pausa para admirar un amanecer glorioso o una obra de arte. También tomo tiempo para estar solo y honrar el regalo de mi vida. Dedico tiempo cada día para comulgar con Dios en oración y meditación.
Al enfocar mi atención en el bien interno y a mi alrededor, éste se multiplica. ¡Soy bendecido inmensurablemente! Gracias, Dios.
La bendición del Señor es riqueza que no trae dolores consigo.—Proverbios 10:22
El maestro y ministro Eric Butterworth describe la prosperidad como bienestar espiritual. Él hace notar que el bienestar espiritual se manifiesta de muchas maneras. ¡Reclamo mi bienestar espiritual como una expresión gozosa del Creador! Visualizo que el bien que deseo se manifiesta en mi vida.
Me visualizo saludable, comiendo alimentos nutritivos y haciendo ejercicio diariamente. Me veo amado y siendo amoroso; seguro y protegido de todo peligro. Tengo mucho que dar, y comparto generosamente mis dones y talentos. Siento gratitud al reconocer la prosperidad en mi vida. Reconozco que soy uno con la abundancia de Dios, y estoy receptivo a un fluir de bien aún mayor.
¡Que sea en las cumbres de los montes como un puñado de grano que cae en la tierra!—Salmo 72:16