Puedo decirles a los demás que tengo fe, pero los hechos hablan más fuerte que las palabras. Si continuamente cuestiono y dudo todo, no estoy reflejando a una persona que tiene fe. Al llevar una vida llena de fe, encuentro mayor paz, gozo y amor en todo lo que pienso, digo y hago.
Si tengo un reto de salud, oro con fe en que soy sano y estoy bien. Si tengo una decisión importante que tomar, confío en que soy guiado a mi bien. Escucho al Espíritu en mí y avanzo con fe según la guía que recibo.
Orar por una necesidad en particular es fácil. Mas tener confianza absoluta en el poder y la presencia de Dios requiere fe. Llevo mi vida con fe en Dios —la Fuente y el Creador de todo.
Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe … ¿Acaso no saben que Jesucristo está en ustedes?—2 Corintios 13:5