VIOLENCIA

Violencia no está únicamente en los procesos de la vida física.  Se halla igualmente ocultada en los recesos de nuestra vida íntima. Sabemos que casi todas las ocurrencias comienzan en las fuentes del pensamiento. Refleja en eso y auxilia a ti aún, auxiliando a los otros. Hagamos el propósito de que nos fijemos tan -solamente en el bien.  Si alguien erró, abstengámonos de dramatizar el episodio, mentalizando males satélites en torno al acontecido.  Sea la compasión el inicio de nuestro conocimiento en torno al asunto,  eligiendo en el silencio la prioridad de nuestra actitud.  Si la falta es grave,  no nos desplacemos de lo silencio para el comentario desairoso o infeliz.  Si ya disponemos de la felicidad de orar,  recojamos envolver las víctimas del caso en el beneficio de la plegaria y  aguardemos de la Providencia Divina el socorro que se le haga necesario.  Fantasear minudências, en derredor del problema;  es crear dificultades en nuestro perjuicio,  de vez que la flaqueza es inherente a nuestro propio modo de ser;  y favoreciendo aperturas para el mal,  estaremos amenazados de caerse en las tentaciones en que se  arremessaram aquellos mismos compañeros que pretendemos  juzgar precipitadamente. La indulgencia; con el servicio fraterno en prol de quien erró, es uno de los más importantes caminos para la sustentación de la paz. Compadezcámonos unos de los otros. Nos solicitó Cristo: "No juzguéis". En este llamamiento del Divino Maestro,  sepamos incluir la violencia mental. Meimei     Uberaba, 23 de enero de 1995. De la Obra "SENDA PARA DIOS"  - ESPÍRITUS DIVERSOS -Médium:  FRANCISCO CANDIDO XAVIER