No es mi culpa que en noches de soledad quiera romper la rutina No es mi culpa que a veces tome mi teléfono y tu número se venga a mi mente No es mi culpa si te invito a cenar y de repente, el silencio nos devora y quedamos el uno frente al otro, sin poder decir nada, los ojos clavados en sí y un magnetismo misterioso sella nuestros labios. No es mi culpa que al tratar de explicar las revoluciones del latir del corazón me quede mudo y con solo una sonrisa en el rostro. No es mi culpa que al dejarte en tu casa, las palabras sobren y el viento nos lance sobre tu sofá No es mi culpa que mis dedos se pierdan por tus prendas y tus besos y abrazos me cubran por doquier No es mi culpa estar sintiéndote mía, sintiendo tu corazón, y en toda esa noche, jamás escuchar un NO. Pero sabes? tampoco es tu culpa, al ver yo tu cara de asombro mientras me marcho por la mañana, No es tu culpa el haber querido volver a sentir No es tu culpa esperar a que tu teléfono vuelva a sonar No es tu culpa, el haberme querido…
Nuestras culpas no son más que dos mitades de corazones que no logran encajar, Un mar de dudas que no podemos enfrentar Una ola de miedos que cubren los sueños Y un pasado que se empeña en no querer marchar
Hoy nuevamente te pienso, pero esta vez, seré el culpable, porque no llamaré, no tentaré al silencio ni al viento, esta noche solo voy a imaginar que estas, pero lejos, muy lejos.
Michael Priego Manicke
|
|
|
|
|
|
|
|
|