Cruzaos los brazos pa' no matarla cerraos los ojos pa' no llorar, temió ser débil y perdonarla y abrió las puertas de par en par.
Vete, mujer mala, vete de mi vera, rueda lo mismito que una maldición, que un día me permita que el gache que quieras pague tus quereres, tus quereres pague con una traición.
Gitana, que tú serás como la falsa moneda, que de mano en mano va y ninguno se la queda,
Besó los negros zarcillos finos que allí dejara cuando se fue. Y aquellas trenzas de pelo endrino que en otro tiempo cortó pa' él.
Cuando se marchaba, no intentó ni verla, ni lanzó un quejio, ni le dijo adiós. Entornó la puerta y, pa' no llamarla, se clavó las uñas, se clavó las uñas, en el corazón.
Gitana que tú serás como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda,