Consejo de los ángeles: ¡No puedes hacer eso!             Imagínate que estás entusiasmado al empezar a escribir un guión y se lo cuentas a un amigo que te informa de que cada año se registran, al menos, 43.000 guiones, de los que tan sólo ocho se llegan a rodar; y, además, te dice que quién te crees que eres para pensar que puedes escribir un buen guión, ¡qué pérdida de tiempo! Es sólo un ejemplo del tipo de crimen del ladrón de sueños.  En algunas culturas aborígenes, una de las peores ofensas es el robo de los sueños, un delito que puede ser castigado con el destierro de la tribu. A la mayoría nos han envenenado tantas veces nuestros sueños que, inconscientemente, puede que hagamos lo mismo con los de los demás. Los ángeles sufren cuando escuchan a un ladrón de sueños. ¿Qué pasa si un guión nunca consigue ver la luz y su autor no gana ni un peso? Simplemente hay que seguir adelante con los sueños y descubrir el éxito en los ojos de los ángeles y en las bendiciones que seguirán. Los ángeles nos recuerdan que el término entusiasmo procede del griego en-theos, que significa lleno de Dios. ¡Deja que los soñadores sigan soñando!  La próxima vez que alguien te cuente un sueño de su corazón, escucha y bendícelo sin juzgarlo ni hacer ninguna observación. Muchas veces valoramos esas ideas en función de lo que se pueda sacar de ellas o de lo que puedan costar; o de su posibilidad de realización. Nunca puedes saber si la nave espacial que está diseñando un amigo excéntrico no acabará por sorprender a todos y salvar el mundo. Si te muestras sarcástico con el entusiasmo de otro, piensa que estás borrando a Dios de su vida.  Meditación de los ángeles: Recibo el entusiasmo como si fuera una inspiración divina