Para conservar y embellecer un amor es necesario guardar por ese mismo amor una grata memoria al día siguiente de cada uno de sus malos días.

La única esclavitud que vale la pena vivirse es la del amor.

El amor no vence a la muerte pero evidentemente la retrasa.

El amor es como el polvo de las bibliotecas: ! hay que sacudirlo de vez en cuando !

El amor no se graba en la piel, ni en el corazón, ni en el alma. El amor sólo se graba en los recuerdos.

El amor es la necesidad satisfecha.

En su afán de amar, la mujer quisiera que el amor antecediera a la amistad o por lo menos que toda amistad desembocara en amor.

No hay nada que se viva con mayor placer que el olvido de un amor muerto por el desprecio.

Quizás lo más difícil en una relación amorosa es permitirle al otro que sea diferente a lo que uno quiere que sea.

El desamor es un vacío cuya sed sólo puede ser colmada por el egoísmo.

En cuanto al amor bien puede uno encontrar en él la distracción, pero cuidándose mucho de no ir a distraerse.

El amor no resiste suerte, azar o apuesta ninguna, al amor hay sencillamente que ganarlo.

Ningún amor resiste antifaces.

El amor es la única fuerza que tiene el potencial necesario para salvar al otro de sí mismo.

El amor es el hogar natural del corazón.

Si el amor necesitara motivación, más que amor sería una empresa.

El amor está hecho más para combatir en pareja a la infelicidad, que para construir la felicidad.

En los grandes amores cada uno de los dos pierde su voluntad.

El amor puede llegar a disculparlo todo.

La única exigencia del amor es más amor.

Cada palabra provocada por el amor alcanza siempre un extraño aire de encantamiento.

De cualquier manera, estar enamorado es estar necesitado.

El amor siempre es a cambio del otro.

Sólo se es libre cuando hemos suplido todas nuestras necesidades, lo que nos permite afirmar que el amor como necesidad no puede tener contenido de libertad.

Nada exige merecerse tanto como el amor.