A tus pies
Tras arder siempre, nunca consumirme,
y tras siempre llorar, no consolarme.
Tras tanto caminar, nunca cansarme,
y tras siempre vivir, jamás morirme.
Después de tanto mal, no arrepentirme,
y tras tanto engaño, no desengañarme.
Después de tantas penas, no alegrarme,
y tras tanto dolor, nunca reírme.
Desear en el laberinto de la vida, no perderme.
Tras flote siempre, nunca hundirme,
y tras siempre cantar, no callarme.
Tras tanto amar, nunca olvidarme,
y tras siempre seguir, no alejarme.
Después de tanto esperar, no acordarme,
y tras tantos nervios, no tranquilizarme.
Después de tantas averías, no arreglarme,
y tras tanto fallos, no condenarme.
¿Que fin alegre puedo prometerme?
Tras olvide siempre, nunca recordarme,
y tras siempre hablar, no esconderme.
Tras tanto aguantar, nunca acobardarme,
y tras tanto perseguir, jamás rendirme.
Después de tanto derramar, no curarme,
y tras tanto esfuerzo, no abandonarme.
Después de tantas calmas, no encenderme,
y tras tanto amor, nunca desenamorarme.
Por ti, ya no pienso tratar de defenderme.