La mente refleja lo que sucede a su alrededor de forma personal.
Piensa que el plante, la Tierra, es una menta central a la que todos estamos unidos; por eso, cuando se produce cualquier nueva información, también acaba por afectarnos.
Los nuevos avances tecnológicas se reflejan en nuestra mente; y cuando estalla una guerra por conflictos religiosos o territoriales, nos aflige tanto odio y violencia.
Podemos trasladar ese ejemplo a un ámbito más cercano para comprobar que reflejamos lo que sucede en la ciudad, el vecindario, la familia y el hogar.
Todas las personas reflejan el ánima, el alma del mundo, de diferentes maneras; algunos lo manifiestan a través del arte y otros encuentran esas imágenes en sus sueños.
Thomas Berry afirma que para conocerse a sí mismo también es necesario tener conciencia del mundo.
¿Qué hacer cuando el mundo nos abruma con imágenes de dolor y de violencia?
Buscar el equilibrio mental para evitar que la negatividad nos domine y mantener nuestra energía lo más sana posible, para alcanzar la providencia divina.
De esa forma dejaremos una huella positiva en el anima mundi, el alma del mundo.
Meditación de los ángeles: Mi energía se transmite al mundo que me rodea.
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