La personalidad es la parte singular e ilimitada de nuestra vida que nos hace distintos de todos los demás. Es demasiado inmensa para que ni siquiera podamos comprenderla. Una isla en el mar puede ser solo la cumbre de una gran montaña, y nuestra personalidad es algo así.
No conocemos las profundidades de nuestro ser, y por eso no nos
podemos medir a nosotros mismos. Comenzamos pensando que podemos,
pero pronto nos damos cuenta de que solo hay realmente un Ser que
nos comprende plenamente: Nuestro Creador.
La personalidad es como la marca característica del hombre interior,
espiritual, así como la individualidad es la característica del
hombre exterior, natural.
Nuestro Señor nunca puede ser descrito en términos de individualidad
e independencia, sino solo en términos de Su Persona total: "Yo y el
Padre somos una sola cosa". La personalidad se funde, y únicamente
alcanzas tu verdadera identidad cuando estas identificado con otra
persona.
Cuando el amor o el Espíritu de Dios vienen sobre una persona, queda
transformada, entonces ya no se seguirá insistiendo en mantener su
individualidad.
Nuestro Señor nunca se refirió a la individualidad de una persona o
a su posición aislada, sino que hablaba en términos de la persona
total.."que sean uno, así como nosotros somos uno".
La transformación es llevada a cabo por el amor, el amor es el
resultado rebosante de una persona en verdadera comunión con otra.
Tomado del Libro “Cultiva tu personalidad”
Wayne W. Dyer
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