Como las cosas que más amamos y las que más tememos tienden a ocupar nuestros pensamientos, gran parte del tiempo atraemos justamente esas cosas.
¿Alguna vez has echado a perder completamente una nueva camisa la primera vez que te la pusiste? Y justo cuando pensabas... - No quiero ensuciar esta camisa nueva tan bonita - tu birome empezaba a chorrear tinta dentro del bolsillo superior....
¿Cuántas veces alguien dice: "En los siete años que tuve el Citroen no le hice ni un rasguño. Y en cuanto me entregaron mi automóvil nuevo, me empezaron a chocar"
Me contaba un amigo que cierta dama sufrió cinco accidentes en siete años. Al final, se dio cuenta de que había albergado temores a tal extremo, que atrajo lo que deseaba evitar.
Incluso si pensamos: "No quiero que pase equis cosa" gravitaremos justamente hacia eso.
Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas; no puede más que moverse hacia ellas.
Ello explica por qué de niño, cuando entrabas a escondidas a la cocina, tomabas un montón de galletítas y salías con todo sigilo... !te pescaban! De pronto aparecía tu padre de la nada. Tu pensamiento dominante era " voy a agarrar unas galletas y espero que no me descubran, porque me iría muy mal" ! y te atrapaban!
Puede haberte sucedido que al salir con tu nueva pareja pensaras " Que pena si de pronto apareciera mi ex novia" No hace falta decir lo que pasó.
¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar, en vísperas de un evento especial o de una fiesta: "Espero no enfermarme porque esto no me lo quiero perder"? Y al final resultó que te enfermaste y te lo perdiste. ¿No es cierto?
Es fascinante como opera la energia de tu mente.
Recientemente en una revista se publicó un artículo acerca de un habitante de Nueva York, de nombre Pete Torres, quien había sufrido quince asaltos en dos años. Sobra decir que no se trata de un récord envidiable.. .
Aunque Pete afirma que él no hace nada para propiciar esos ataques, de hecho contribuye a atraer sus desgracias. Su pasión son las películas de horror. Todo su tiempo libre lo dedica a saturarse de apuñalamientos, asaltos y robos. Impregna su mente de historias de terror – evidentemente le gusta asustarse – y después se pregunta porqué la vida en las calles de Nueva York es una interminable historia de horror.
Este mismo principio se manifiesta en la pobreza y la mala salud. Si no paramos de comentar, pensar y leer acera de "cosas malas", gravitaremos subconscientemente – o aun conscientemente – hacia ellas.
La gente exitosa se desplaza hacia el éxito, hablando y pensando de éxito. Los fracasados tratan de escapar del fracaso hablando y pensando en fracasos. El más importante principio mental que puede transformar a los perdedores en triunfadores es "concentrarse en lo que uno quiere" y dejar de pensar en lo que uno “no quiere”.
Sería absurdo ir a la tienda de la esquina y decir al dependiente " No quiero leche, no quiero mantequilla y no quiero queso" y suponer que regresaremos a casa con la misión cumplida. Buno pues así vivimos centrando nuestra atención (y poder) en lo que NO queremos.
El Universo no escuha la palabra “NO”, así es que cuando piense no quiero un coche viejo; quitele el No al mensaje que usted emite y entonces queda centrado y focalizado en el coche viejo.
Sin embargo la mayoría de la gentes se tambalea por la vida, quejándose de lo que carece y hablando de lo que quiere evitar. Pareciera en ocasiones concurso de a quién le han pasado las peores cosas, ó si le cuentan a usted una desgracia, de inmediato lo relaciona a fulanito que le sucedió algo peor. Ese es un callejón sin salida. Tenemos que concentrarnos en lo que queremos
Al abordar en este tema descubrimos el principio llamado "miedo a las perdidas". Cuando tememos perder algo, nos colocamos en posición de perderlo. Esto se aplica a esposos, novias, carteras, raquetas, tenis y autoestereos.
De cuando en cuando nos enteramos en los diarios de personas que frecuentemente sufren asaltos en sus domicilios. A pesar de cerrojos, sistemas de alarma, cadenas y dobermans sus casas parecen estar abiertas de par en par para los ladrones.
Estas leyes obran con el mismo poder en nuestras relaciones amorosas. Cuando tememos perder el amor de alguien, de inmediato nos ponemos en peligro de perderlo. Sin duda, aquí la moraleja es: Concéntrate en lo que tienes y disfrútalo. No pienses en perder lo que posees."
Enfoca tu atención en lo que deseas. Si dejas que tus temores te obsesionen, estos te abrumarán. En realidad, el principio de atraer lo que se teme es hermoso.
Implica el reto de enfrentar nuestro miedos y , mediante ello, superarnos. ¿Cómo podremos evolucionar si las cosas que tememos se alejan de nosotros?
¿Cómo desarrollarnos si nunca enfrentamos lo que nos atemoriza?
En cuanto el temor de perder algo, las leyes universales nos instan a mantenernos firmes.
Si pensamos que cierta pérdida nos arruina la vida, y nos obsesionamos con esa idea, ¡quizá las leyes universales nos demuestren que podemos vivir perfectamente sin aquello que tanto tememos perder!
Si consideras que la vida no tiene sentido sin tu automóvil último modelo, probablemente tendrás que experimentar lo que se siente vivir sin él.
Si tu actitud es : "Disfruto mi auto, pero puedo ser igualmente feliz sin él" es de esperarse que lo conservarás todo el tiempo que deseas. Las circunstancias nos ayudan a aprender y a fortalecernos.
Debemos disfrutar lo que tenemos y vivir el presente. Temer pérdidas no es vivir en el presente. Tener pérdidas es vivir en el futuro.
LOS TEMORES DESAPARECEN AL ENFRENTARLOS
Otro principio fascinante es que cuando finalmente desarrollamos el valor necesario para enfrentar un problema, con frecuencia , éste desaparece.
En cuanto hacemos acopio de valor para realizar una difícil llamada telefónica, suele suceder que, de pronto, desaparece la necesidad de hacerla.
Sufrimos semanas enteras pensando que tenemos que despedir a la secretaria, y cuando finalmente se lo comunicamos, ¡resulta que ella estaba ansiosa por irse!
Naturalmente, las cosas no siempre se presentan de esta manera, y en ocasiones es necesario enfrentar la situación con todas sus consecuencias.
Seguramente, alguna vez te has visto en la necesidad de hacer algo que te pareciera difícil o particularmente bochornoso. Sin embargo, al momento de llevarlo a cabo advertiste que no era ni la mitad de terrible que habías pensado.
¿Cuántas veces has notado que pensar en alguna actividad es mucho más doloroso que realmente llevarla a cabo?
Espero que este escrito te ayude a clarificar que tu poder de co-creación se centra en dónde enfocas tu atención, entonces centrate en lo que SI deseas.
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