Consejo de los ángeles: Hasta en la estupidez se puede actuar con sabiduría
¿Has cometido alguna estupidez, sabiendo que lo era desde el principio? Creo que la motivación se esconde detrás de los lapsus de sensibilidad. ¿De verdad queremos sabotearnos? ¿Tenemos una necesidad secreta de ponernos en peligro?
¿O será que no escuchamos la voz de la intuición? Sea cual sea el motivo, los ángeles nos recuerdan que nunca hacemos nada sin una razón.
Quizá lo que hacemos nos procura una satisfacción transitoria, por ejemplo, comernos una chocolateada cuando estamos a dieta. Puede que nos digamos que “no hemos podido soportarlo”, como en esas ocasiones que nos empeñamos en que nos quiera una persona que, desgraciadamente, no puede,
esperando contra toda esperanza que entre en razón.
Siempre cabe la posibilidad de que nos hagamos daño nosotros mismos, conciente o inconscientemente. Los ángeles nos aconsejan que la próxima vez que persigamos algo, a pesar de saber que no es lo mejor para nosotros, nos detengamos un momento a preguntarnos por qué y que, tanto si lo hacemos como si no, tengamos claros los motivos.
Si nos lanzamos sabiendo lo que hacemos, quién sabe, hasta puede salir bien. Quizá estemos convencidos de que la experiencia nos enseñará algo.
Has hecho últimamente algo que no era muy inteligente? ¿Por qué? Haz una lista de experiencias cuya motivación conoces y trata de buscar en ellas una pauta común.
¿Tus elecciones son pobres porque no confías en tus propios juicios? ¿Te ves arrastrado a hacer cosas contra tu voluntad?
Y sobre todo, ¿has aprendido de esas experiencias o continúas repitiendo los mismos errores?
Meditación de los ángeles:
Cuanto más me cuido de mi mismo, mejor preparado estoy para escuchar mis juicios acertados
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