Muere por negligencia y abandono. Muere por ceguera e indiferencia y porque se lo da por sentado.
Las omisiones son generalmente más graves que los errores cometidos.
El amor muere de cansancio, porque no se lo alimenta. No dejamos de amar así porque sí, del mismo modo en que nos enamoramos porque sí.
Cuando el amor muere, es porque uno ambos amantes lo descuidaron, no lo reavivaron ni renovaron.
Como cualquier otro ser viviente, el amor requiere el esfuerzo de mantenerlo sano.
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