Consejo de los ángeles: Todos nos quejamos de vez en cuando
¿Te has encontrado alguna vez con alguien que haya perturbado tanto tu equilibrio que hayas tenido que hablar sobre ello largo y tendido? Al cabo del rato, la conversación acaba por convertirse en una queja y ésta expresa miedo, insatisfacción o pena.
Cuando algo o alguien trastorna tu vida, te sueles sentir como si hubieras caído en una trampa, como cuando te despiertan bruscamente. Los ángeles consideran esa situación una excelente oportunidad para la sabiduría, pero sólo después de quejarse un poco.
El proceso de recuperación del equilibrio empieza por la indignación, así que necesitarán
un amigo o un consejero que te escucha. Después, seguramente, querrás lamentarte. La clave para no quedarse en esa fase es el humor, reírte de ti mismo.
Si te sientes atrapado en una situación ultrajante y tienes buenos amigos, juega al “Departamento de Quejas”. Llama a un amigo y pregúntale si tiene abierto el “Departamento”. Si te dice que sí, entonces presenta una queja formal, pero ten cuidado de no ir demasiado lejos; los ángeles quieren que mantengas tus amigos. Mientras te desahogas, escúchate a ti y a tu amigo y, en cierto momento, suelta una buena carcajada.
Si no quieres hacerlo con tus amigos, entonces recurre a los ángeles y mantén un diálogo imaginario con ellos o redacta una queja formal.
Meditación de los ángeles: Tengo la suerte de saber el número del departamento de quejas de los ángeles
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