Cuando os sintáis solos o faltos de protección o queráis que vuestros actos o determinadas cuestiones estén guiados y protegidas del bién. En caso de pérdida y extravíos o custodia y defensa de las cosas de los niños.
!Oh Angel benignísimo de mi guarda, tutor mío! Maestro, guía, ayo, defensor y sapientísimo consejero y fidelísimo amigo mío, a quien estoy encomendado por la bondad del Señor desde el punto en que nací, hasta la postrera hora de mi vida, !cuánta reverencia os debo, sabiendo que estáis presente donde estoy!
Y con cuanta devoción os debo servir, por el amor con que Miráis por mi! ! Y que gran confianza debo tener Teniéndoos a mi lado, pare mi defensa!
Pues, enséñame Angel Santo: amparadme y guiadme por el camino derecho Y seguro a esa santa ciudad y no permitáis que yo haga.
En vuestra presencia cosa que os ofenda y que no me atreviera a hacer sin vergüenza delante de otro hombre como yo'; representad mis deseos y miseria al Señor, alcanzadme el remedio de ellas, en su infinita bondad. Amen.
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