La fe es un jardín; la oración es la semilla y la posibilidad yace escondida; bajo la apariencia, cubierto por la duda, el bien espera su oportunidad de brotar.
Sin indicio de declaración de cuándo y dónde nacerá; mas, el corazón esperanzado, espera, sabe que la respuesta brotará gracias a la oración

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