Estas dos palabras resumen dos concepciones de la vida. Y se puede decir que materialmente, afectivamente y mentalmente la mayoría de los humanos piensan sobre todo en tomar: las situaciones, los acontecimientos y los seres sólo les interesan verdaderamente en la medida en que tengan algo que puedan tomar. Y por esto nada puede mejorar verdaderamente en el mundo.
Si de verdad queréis que quede algo bueno de vuestro transcurso por la tierra, acostumbraos a dar.
Mirad una fuente: los animales acuden a apagar su sed, a su lado las plantas y los árboles crecen y los hombres construyen sus casas.
¿Por qué?
Porque no cesa de dar a todos su agua pura. La fuente nos enseña que existe un único método verdadero para crear y mantener la vida, y es dar, dar lo mejor que tenemos en nuestro corazón y en nuestra alma. Y no temáis la ingratitud de la gente. Mucho peor para ellos si son desagradecidos: continuarán siendo pobres;
y mucho mejor para vosotros si sois una fuente:
¡os haréis ricos!"
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